Dieta verde para limpiar una costa negra

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Los toxicólogos recomiendan evitar las grasas porque ayudan a que las mucosas retengan los residuos del fuel.

Callos, lentejas, paella, cocido, pollo frito, bocadillos, fruta y agua. Ésa fue la gasolina con la que ayer encendieron sus motores los 10.000 voluntarios que colaboran en las tareas de limpieza de la costa gallega.

El Ejército, Cruz Roja y Protección Civil repartieron más de 15.000 raciones de comida y 10.000 botellas de litro y medio de agua entre los que estos días prestan sus manos para recoger el fuel de la arena y del mar.

Los ingredientes los pusieron las distintas administraciones, los comerciantes de O Morrazo, los vecinos de Muxía y empresas de alimentación y cátering de todo el Estado. Desde distintos ayuntamientos de España también llegó comida. Incluso las propinas recaudadas en los bares de copas de Pontevedra sirvieron para saciar el hambre de los voluntarios.

Todas estas muestras de solidaridad traspasarán la barrera del Atlántico. La Cofradía de O Grove acordó enviar los víveres sobrantes, después de la campaña de limpieza, a Argentina.

Esfuerzo físico

«Hay que comer bien, que hay mucho que trabajar», decían las improvisadas cocineras de Muxía, mientras preparaban el avituallamiento de la tropa vestida de blanco que lustraba las playas de la Costa da Morte. Y tenían parte de razón, porque el esfuerzo físico que estos días derrochan los voluntarios requiere, según el Instituto Nacional de Toxicología, una dieta rica en carbohidratos y proteínas.

Pero los expertos de este centro hacen una matización: El menú tiene que ser bajo en grasas porque éstas hacen que las mucosas nasales retengan los residuos que desprende el fuel. Incluso la leche, explican, debe ingerirse con moderación y, a ser posible, desnatada. La leche entera de vaca posee entre un 3,5 y un 4,5% de materia grasa saturada, un elemento difícil de asimilar por el cuerpo humano.

Lo que sí es fundamental, según los expertos, es ingerir mucha agua, zumos y bebidas sin alcohol para evitar la deshidratación. Las legumbres, el pan y el arroz, alimentos con alto índice de hidratos de carbono, junto con las verduras, la fruta o la carne de ternera, muy ricas en proteínas, también deben figurar en el menú de campaña.

La comida que ayer tomaron los voluntarios movilizados en Galicia contenía estos ingredientes, aunque el modo de preparación de algunos no es el más recomendable, según las indicaciones del Instituto Nacional de Toxicología.

Preparación

Cien gramos de garbanzos, por ejemplo, base fundamental de los callos que ayer se sirvieron en la Illa de Ons, tienen cincuenta gramos de carbohidratos y veinte de proteínas. Pero su contenido en grasas se eleva de un modo considerable, cuando éstos se cocinan con estómago de vaca (callos), un producto que eleva de un modo considerable su contenido en grasas.

Un alimento que debería figurar en el menú por su alto contenido en proteínas es el pescado azul. Pero los voluntarios, casi con toda probabilidad, no lo probarán. La prohibición de faenar que afecta a los arrastreros, buques que pescan estas especies, tras el vertido del Prestige impedirá que éstos puedan percibir el agudo aroma que desprenden los jureles cuando se fríen en la sartén.