09/12/2002. La mancha de fuel más peligrosa para la costa a 47 millas
Índice del artículo
- Caso Prestige
- Caso Prestige
- Caso Prestige
- Caso Prestige
- Caso Prestige
- Europa se mofa del Gobierno
- Caso Prestige
- Caso Prestige
- Caso Prestige
- 09/12/2002. El 'Nautile' detecta tres nuevas grietas en la popa
- 09/12/2002. Más de cien consultas por mareos y dificultades respiratorias
- 09/12/2002. Dos grandes manchas amenazan las costa asturiana
- 09/12/2002. Los gobiernos estudian un cierre coordinado del caladero. La Xunta tiene un barco de limpieza en desuso
- 10/12/2002. El Gobierno carece de un proyecto para neutralizar la bomba
- Caso Prestige
- 11/12/2002. Los arrastreros de Ribeira salen al encuentro de las manchas
- Caso Prestige
- Caso Prestige
- 12/12/2002. A pequeñas dosis
- Caso Prestige
La nueva amenaza de marea negra se encuentra navegando a la deriva a 47 millas al suroeste de la isla de Ons . La "mancha de cierta importancia" compuesta por unas 25 bolsas de fuel y representa, en estos momentos, "el mayor peligro" para las costas gallegas, según aseguró el vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy
El Gobierno portugués no se duerme en los laureles. Reacciona y ejecuta medidas para intentar frenar la marea negra que támbien afecta a sus costas.
Si con el seguimiento que está efectuando sobre la ruta que siguen las manchas del vertido en el que el resultado es de 100% de efectividad ahora salta la noticia de otra acción.
Parece que tienen más ideas que los nuestros, o por lo menos se mueven, actúan y toman determinaciones.
Portugal firmó hace nueve días un contrato con una empresa Noruega para el envío de una plataforma de gran capacidad a la zona del hundimiento del Prestige. Su misión será prospeccionar e intentar sacar el máximo posible de chapapote del agua.
Esta plataforma cuenta con un recuperador de alta potencia adaptado al tipo de hidrocarburo del que transportaba el Prestige. Efectuará su labor sobre la zona en la que el Instituto Hidrográfico Portugues lleva informado que hay una mancha bastante fragmentada de unos 50 kilómetros por 20 de ancho, aquella que hasta hace sólo unos días el Gobierno español negaba ya su existencia o de que surgieran otras manchas, diciendo que las irisaciones que se veian en la mar pertenecían al aceite y combustible del barco.
El Ejecutivo Español cifra en 10,4 y 14 kilómetros los diámetros de ambos vertidos, de modo que minimiza las cifras difundidas días atrás y ratificadas ayer por el Instituto Hidrográfico de Portugal quien según las inspecciones realizadas por sus técnicos, (hablan de una única pero disgregada) mide unos 50 kilómetros a lo largo y 20 de ancho; es decir, casi tres veces más de lo dicho por Rajoy.
De hecho, la Administración lusa sostiene que los afloramientos en aquel lugar son prácticamente constantes, a ritmo de entre 30 y 120 toneladas diarias, desde el 19 de noviembre, cuando el buque se fue a pique tras su errática travesía de casi una semana frente a las costas gallegas. El Instituto Hidrográfico describe las manchas como dispersas y muy estriadas por la zona perimetral.
España prohibió ayer que aviones portugueses sobrevolasen las manchas de fuel que inundan gran parte de las aguas y costas españolas. La razón que esgrimieron las autoridades para justificar esta denegación es que la zona se encontraba sobrecargada ya que un elevado número de aviones españolas se encontraban también vigilando los vertidos.
La iniciativa portuguesa fue dada a conocer ayer por el ministro de Defensa, Paulo Portas, quien a preguntas de los periodistas contestó, irónicamente, que la plataforma había costado «algún dinero».
En la zona del hundimiento, el Gobierno español tiene trabajando dos barcos anticontaminación, el Far Scout y el Boa Siw. Ambos tienen muchas dificultades para continuar con su tarea en cuanto las condiciones del mar empeoran.
Rajoy fue especialmente cauto a preguntas sobre sobre las actuaciones que ordenará el Gobierno para atajar las manchas y encontrar una solución al continuo vertido de fuel desde las profundidades del mar. "¿Qué hacer? No lo sé, he pedido informes con sugerencias para ver lo que se puede hacer", respondió.
Aseguró que las decisiones concretas se tomarán en los próximos días, pero que el Gobierno está comprobando si en el mercado existen más barcos succionadores para recuperar los vertidos de fuel en el mar, antes de que lleguen a la costa. Está claro, los portugueses de menean, los de aquí se reunen. Sin más comentarios.
Otros que no se quedan quietos son los Franceses. Desean «anticiparse» a los acontecimientos antes de que el fuel alcance sus costas. El ejecutivo galo activó ayer un plan de emergencia en el departamento de Landas. El sábado ya lo había puesto en marcha dentro de los Pirineos Atlánticos, área fronteriza al sur con España.
El Gobierno dejó que el «Prestige» se hundiese al asumir que carecía de medios para salvarlo. ¿Sería provocado por el manido tema del deficit cero?
Poco a poco se va conociendo la película que podríamos titular "Como expandir la mierda si como con un ventilador se tratase".
De un artículo redactado en la Voz de Galicia, resaltamos estos datos:
El Gobierno dejó que el Prestige se hundiera con todo su veneno a bordo porque carecía de medios para afrontar el accidente. La decisión, que ha provocado la mayor marea negra de la historia, salió adelante pese a que miembros del gabinete de crisis llegaron a plantear hasta tres alternativas encaminadas a vaciar el fuel de los tanques del petrolero: 1º Conducir el barco a A Coruña.
2º Conducir el barco a la ría de Ares 3º Arribar a la ensenada de Corcubión-Fisterra.
Si el Gobierno no se atrevió a llevarlas a cabo fue porque la falta de remolcadores suficientemente potentes no garantizaba el éxito de las operaciones.
El 14 de noviembre, al día siguiente del accidente, el Capitán Marítimo de A Coruña, Ángel del Real, pidió a los prácticos del puerto consejo sobre la posibilidad de conducir el buque a los pantalanes de Repsol.
El práctico mayor, Evaristo Landeira Regueiro, lo desaconsejó por dos motivos. El barco no podría entrar por el canal Norte porque, transcurridos 25 años desde el accidente del Urquiola , las agujas que causaron la encalladura siguen siendo una amenaza que impide el acceso de petroleros de gran tonelaje. Volarlas tiene un coste irrisorio para cualquier Administración, de unos 30.000 euros (5 millones de pesetas), pero todavía no se ha hecho. El otro acceso es el canal Oeste, situado entre la torre de Hércules y las Yacentes, que requeriría un remolque largo, de quinientos o seiscientos metros.
Los fuertes vientos, la eslora del buque (243 metros) y la lentitud a la que estaba siendo remolcado (3 nudos) eran factores que incrementaban los riesgos, ya que podrían desviar el petrolero del canal y hacerlo encallar. En caso de superar estos obstáculos, el elevado calado del barco -sobrecargado porque tenía llenos los tanques de lastre para evitar la escora- impediría que la entrada en el puerto coruñés se hiciese en condiciones de seguridad.
Si lo que se necesitaba era una zona de más calado, la solución podría pasar por conducir el petrolero a la ría de Ares, que fue la segunda alternativa manejada por algunos miembros del gabinete de crisis. La única zona con profundidad suficiente es la que se encuentra al norte de A Marola «pero en esa zona el barco se queda desabrigado y soportando el temporal de viento y mar», según explica Landeira.
La mejor solución
En este escenario, la ría de Corcubión-Fisterra se perfilaba como la solución con más posibilidades ya que, cumplía las exigencias de resguardo y de calado. Además, el día 14 el barco había amanecido a tan sólo tres millas de la costa, lo que facilitaba el desplazamiento. Pero pronto se disipó cualquier esperanza: los técnicos insistieron en que los remolcadores que trabajaban en el rescate eran incapaces de hacer el viraje del cabo de Fisterra.
La carencia de medios propios podía haber tenido una fácil solución, como días más tarde demostró la empresa encargada del rescate, la holandesa Smit Salvage, al traer desde Gibraltar uno de los mayores remolcadores del mundo, el chino De da.
Sin embargo, el Gobierno optó por ejecutar la instrucción del ministro Álvarez Cascos: «Enviar el barco al quinto pino». Lejos de la zona de cacería, por supuesto.