El magnate de la marea negra

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EL BILLONARIO HISPANO-NORTEAMERICANO MARC RICH, DUEÑO DE LA EMPRESA QUE FLETÓ EL "PRESTIGE", SE FUGÓ EN 1983 A SUIZA TRAS SER CONDENADO A 325 AÑOS DE CÁRCEL.

El controvertido multimillonario hispano-norteamericano Marc Rich, cuyo volumen anual de negocio se calcula en 13.000 millones de dólares, es el propietario de Crown Resources, la empresa rusa con sede en Suiza que fletó la carga del petrolero Prestige que provocó en las costas gallegas la mayor marea negra de la historia.

Marc Rich, el mayor traficante mundial de petróleo, estuvo prófugo de la justicia norteamericana durante 18 años y figuró desde 1983 hasta el año 2000 en la lista de los diez hombres más buscados por el FBI, acusado de haber protagonizado la mayor evasión fiscal de la historia de EE UU y de burlar el embargo petrolero a Irán.

El FBI ofreció durante casi dos décadas una recompensa de 750.000 dólares por su captura.

El ex presidente norteamericano Bill Clinton concedió un polémico indulto a Marc Rich a finales de 2000, durante sus últimos días en la Casa Blanca, tal como establece la prerrogativa que permite a los mandatarios norteamericanos conceder el perdón en su postrera decisión presidencial, en una medida muy criticada y en estos momentos revisada por el actual presidente Bush, que fue bautizada por los medios de comunicación norteamericanos como el "Pardongate".

La prensa de EE UU informó entonces de que Marc Rich había contribuído con fondos millonarios a las arcas del Partido Demócrata.

Marc David Rich, al que la organización ecologista Greenpeace reclama el pago de los daños ocasionados por la marea negra en Galicia, se llama en realidad Marc Reich y nació en 1938 en el seno de una familia judía belga que vivía de la chatarra.

Emigrado a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, Rich se convertirá a principio de los los años 70 en el rey de la reventa de petróleo y alcanza su primer billón de dólares durante la segunda gran crisis del petróleo, en 1979.

En 1983, poco antes de ser sentenciado a 325 años de cárcel por la justicia americana por evasión de impuestos y tráfico ilegal de petróleo, se fugó de Estados Unidos y se refugió en Suiza hasta la llegada del indulto presidencial en 2000.

El fiscal que representó entonces a EE UU en la causa contra Marc Rich fue Rudolph Giuliani, el popular alcalde de Nueva York hasta poco después del 11-S. Pese a la condena, Rich puso tierra de por medio y trasladó de inmediato su residencia a la ciudad suiza de Zug, donde se encuentra la sede de la empresa Crown Ressources que fletó el Prestige.

Convertido en una leyenda para quienes se han ocupado de estudiar su vida, la revista Time publicó en 2001 un informe que ocupó su portada en el que de afirma que "sin los hilos más que directos de Marc Rich con el servicio secreto israelí el Mosad, es casi seguro que hubiese dado con sus huesos en la cárcel durante una larga temporada".

En diferentes medios de comunicación norteamericanos se ha asegurado que los negocios de Rich se extienden desde la antigua URSS hasta las lejanas montañas de Chile, pasando por una lista de más de cincuenta países, en muchos de los cuales sólo actúa a través de representantes. "Posee minas de zinc en Perú y en Australia", se lee en el Financial Times. "Las ventas de plata de Bolivia dependen de sus inteses particulares", dice el Washington Post. El diario chileno El Mercurio asegura que Marc Rich controla por completo el comercio del cobre, "pese a no haber puesto jamás los pies en este país".

Marc Rich, uno de los mayores mecenas artísticos y propietario de una de las mejores colecciones de obras de Pablo Picasso, financia algunos de los más prestigiosos festivales de ópera del mundo, entre ellos el de Zurich y se le considera un gran protector de la cultura judía.

Entre las personalidades de todo el mundo que enviaron misivas a Bill Clinton intercediendo por el indulto a Marc Rich, figuraban el entonces primer ministro de Israel, Ehud Barak; el ex director del Mosad, Shabtai Shavit; el entonces ministros es Exteriores de Israel y ex embajador en España, Shlomo Ben Ami y el director vitalicio de la Orquesta Filarmónica de Israel, Zubin Mehta. A EE UU también llegaron cartas de apoyo a Rich procedentes de España. Entre ellas destacan las del empresario vigués Fernando Fernández Tapias, naviero y vicepresidente de la COEO y del Real Madrid; del Premio Nobel, Camilo José Cela, en su condición de responsable de la Fundación Marc Rich de España; de la princesa Irene de Grecia, hermana de la Reina Sofía, como presidenta de la organización benéfica española Mundo en Armonía.

Al margen de las cartas enviadas a la Casa Blanca, hubo quienes llevaron a cabo gestiones directas en pro del multimillonario judío ante el presidente de Estados Unidos . La revista Time ha citado entre ellos al rey Juan Carlos. El libro "El lobby judío", del periodista y escritor Alfonso Torres, habitual colaborador de El País, aparecido el pasado mes de noviembre, que dedica un capítulo entero a Marc Rich, afirma que "en La Zarzuela aseguraron escuetamente que no consta´, por lo que es probable que la llamada se haya producido a título personal"

La fabulosa riqueza de Marc Rich ha sido objeto de especulación durante años. Los expertos de la revista Forbes que anualmente compilan las mayores fortunas del planeta bromean sobre ello: no han podido incluir a Rich en su lista porque son incapaces de calcular el algoritmo necesario para calibrar la dimensión de su abundancia.

Negociante con el toque de Midas, su imperio multibillonario regido desde su forzoso recluimiento en Suiza fluyó en estos últimos veinte años de las minas rusas de níquel, de la participación en grandes empresas de comunicación como 20th Century Fox y de una de las mayores flotas de petroleros cuyas cargas eran revendidas incesantemente en los mercados de Londres, Hong Kong y Nueva York. Marc Rich lo mismo compraba Picassos a destajo que cosechas enteras de grano en Ucrania y contaba entre sus amigos desde Henry Kisinger a Plácido Domingo.