El «San Borondón» se alza con el triunfo absoluto en la VII Edición de la regata «Autoridad Portuaria» de Aviles

El velero patroneado por Isidro Álvarez, del Club Náutico de Madrid, ganó en su clase (Cruceros) tanto en la jornada inaugural, una travesía entre Luanco y Avilés, como en la de ayer, condicionada por las adversas condiciones meteorológicas. El mal tiempo desanimó a más de uno y finalmente fueron 19 (ocho menos que la víspera, en la que se había pulverizado el récord de participación) los barcos que tomaron parte en la segunda regata. La compensación de tiempos dio la victoria absoluta al 'Sanborondón', que lógicamente también se alzó con el triunfo dentro de la clase Crucero (Clase 3), por delante del 'Champang ST', patroneado por José Rábano, del Bahía de Gijón, y del 'Yoli Jumper', de Miguel Huerta, del Club Puerto y Ría de Avilés.

En esta segunda y última etapa, las embarcaciones tuvieron que realizar un barlovento sotavento, que resultó muy emocionante y espectacular para quienes se acercaron a disfrutar de la jornada, pese a la meteorología adversa con la que amaneció ayer Avilés.
En la clase regata el ganador de la categoría fue el «Alex Bonaire», patroneado por José Rábano, del Bahía de Gijón, seguido por el «Ayalga», también del Bahía de Gijón, y acabando en tercer lugar el «Puerto Avilés II», dirigido por Juan Crespo, de la Escuela de Vela de Avilés. Por último, en la categoría de solitarios, el máximo favorito, el «Bis a Bis» patroneado por Fernando Sanz Villaroel, no tuvo problemas para quedar primero. Tras esta embarcación se clasificaron en segundo lugar el «Bibop», de Antonio Hevia Rodríguez (Marítimo Celorio), y en tercera posición el «Carla», al mando de Germán Álvarez-Hevia (Marítimo de Luanco).
La organización decidió que se disputase una sola manga en la jornada de ayer debido a que había mar cruzada con olas de hasta 2 metros según las zonas. El viento Nordeste tuvo una fuerza de entre ocho y diez nudos. En la regata de ayer participaron 16 veleros de los 26 inscritos, ya que, debido al mal tiempo, los que ya no tenían opciones de triunfo decidieron no lanzarse al agua.