Portada ›› Vela ›› Regatas ›› El Yamamay en la clase I y el Gabriela Onofre en la clase II se hicieron con el trofeo Consejeria de Medio Ambiente para la clase crucero.

El Yamamay en la clase I y el Gabriela Onofre en la clase II se hicieron con el trofeo Consejeria de Medio Ambiente para la clase crucero.

El Yamamay en la clase I y el Gabriela Onofre en la clase II se hicieron con el trofeo Consejeria de Medio Ambiente para la clase crucero.

Nuevamente en esta ocasión la clase crucero celebro su jornada en el Abra del Sardinero, a donde los que amarran en el Puerto de Marina tienen una navegación de casi una hora con toda su maquina avante, a vela seria impensable el tiempo para llegar hasta ese campo de regatas.

Cuando los escasos participantes llegaron a la línea de salida, el viento que soplaba con parca intensidad del tercer cuadrante comenzó a dar bandazos a babor y estribor, con grandes recalmadas, motivo por lo que no le quedo al comité otra solución que levantar aplazamiento.

 

Afortunadamente el viento de componentes sur no levanta olas en las cercanías de la costa santanderina y la espera se soporto mejor que con mar de fondo, que es la que suele existir fuera de la bahía.

 

Tras una hora en estas condiciones, por el Norte el viento comenzaba a soplar del NE, por lo que el Comité se desplazo de su fondeadero en esa dirección en busca de estas rachas que comenzaba a soplar y con la bandera L izada en su mástil, toda la flota tuvo de seguirle a su nuevo emplazamiento.

 

Tras montar el recorrido, que consistía en un barlovento sotavento con dos vueltas, comenzó con el procedimiento para dar la regata.

 

La salida fue valida a la primera para las 8 tripulaciones que se hicieron a la mar en esta jornada, echándose en falta a la del Marieta, que en esta ocasión no tomo parte en la competición y la que esta realizando una magnifica temporada.

 

Nada mas comenzar la prueba el viento comenzó a rolar a banda y banda con grandes diferencias de presión, lo que ocasionaba que las posiciones fuesen alternándose durante toda la ceñida.

 

Mientras tanto, en las cercanías de Santamarina, que demoraba al sur unas tres millas, los barcos que navegaban por aquellas aguas lo hacina con viento del SW.

 

En estas condiciones y con una tarde gris y plomiza, nuevamente la gran dificultad consistía en la localización de la baliza de barlovento, lo que era fundamental para encarar las grande y frecuentes roladas con los que los participantes tenían que lidiar. Baliza que a estas alturas de siglo sigue siendo de caña con una bandera, única tradición que se mantiene en las regatas de vela de crucero, puesto que este tipo de señalización se comenzó a usar en los años 27, cuando el marítimo comenzó su andadura en el mundo de las regatas a vela y la abandono en los años 70 en que el Director del Banco Vitalicio Sr. Jesús Mora regalo unas magnificas balizas hinchables para que la flota Snipe pudiese regatear en las mejores condiciones y que fueron las primeras que existieron en el club. En regatas de otras clases se fondean balizas hinchables con mejor visibilidad para los participantes, en la clase crucero seguimos usando las casi invisibles balizas de caña, será por eso de dar caña.

 

Tras montar barlovento, el viento se volvió loco y paso nuevamente al SW, lo que estaba cantado por los barcos de Santamarina desde hacia un buen rato, por lo que el comité anulo la prueba.

 

Tras esperar a que el viento se entablase del SW, cosa que es casi imposible, pues este viento es el más rolon de todos los que soplan en Santander, el comité comenzó el procedimiento para una nueva regata sobre las 17 30 de la tarde.

 

En la salida una tripulación se salido de línea, mientras las demás se amuraban a estribor en demanda de la boya de barlovento.

 

En la ceñida las rachas pasaron de soplar con mas de 16 nudos de intensidad a hacerlo con menos de 5 en apenas unos segundos. Con estas condiciones, el Yamamay se adelanto en la toma de barlovento, le seguía mas retrasado el Salen y en un pañuelo el Murphy y el Gabriela Onofre, mas retasados el resto de los participantes.

 

En la popa el Gabriela Onofre adelanto al Murphy y los demás siguieron en sus posiciones.

 

Cuando el Murphy se disponía a tomar la baliza de sotavento no pudo izar su Genova por lo que tuvo que abandonar la regata, otro tanto hicieron tres tripulaciones mas, con lo que al final fueron solamente cinco las tripulaciones que terminaron la competición. Nuevamente los participantes llegaron a tierra cuando la noche se había echado sobre Santander, lo que no favorece nada la afición a este tipo de actividad deportiva, en la que para realizar una regata de apenas una hora de navegación a las tripulaciones les lleva 6 horas de permanencia en el mar y encima arranchan sus embarcaciones de noche.

 

Por otra parte las elecciones del Club, ante la resolución de la Junta Electoral de desestimar las impugnaciones presentadas ante ella con argumentos como el que en los Estatutos, a su entender, no se menciona el que se incluya en el calendario electoral un punto que contenga la fecha de la exposición de la lista de socios con derecho a voto (censo) para que se puedan formular reclamaciones a este y otro punto para la resolución de las posibles reclamaciones a dicha lista, lo que a parte de si estar incluido en los Estatutos, contradice la norma exigida por la Ley que ampara el deporte en Cantabria, la que dice expresamente que el régimen de elección de los cargos representativos de gobierno, deberá ajustarse a principios democráticos.

 

Los que para nada lo serán de esta forma, si no se explicita en el calendario electoral la exposición del censo y de los plazos para formular reclamaciones al mismo, así como los plazos para resolverlas.

 

Motivos entre otros por los que la resolución de la Junta Electoral ha sido recurrida como indican la normativa electoral y por lo que con casi toda seguridad acabara ante los tribunales judiciales correspondiente

E.N.S.