El K4 femenino, fenomenal
18 mayo 2008 13:10:27
Nada más cruzar la meta, Teresa Portela, la piragüista de Aldán, rompió a llorar. Descargó la tensión acumulada en los últimos tiempos, que para ella fueron «terroríficos», según manifestó. Con esta clasificación se saca un poco la espina de no haberla logrado el día anterior en K-1, una prueba que ahora tiene a su alcance en Pekín con el pasaporte conseguido en K-4. Los de Pekín serán los terceros Juegos Olímpicos de la piragüista de la península do Morrazo.
Por su parte, la también gallega Sonia Molanes recordó el entrenamiento «tan duro» y el «sacrificio» que han aceptado las integrantes de esta embarcación. «La meta era clasificarnos, pero si este objetivo viene con medalla, nos sacamos veinte años de encima», dijo.
Por su parte, Beatriz Manchón festejó el éxito consciente de que es un logro con el premio añadido de significar el pasaporte a Pekín, pero también con el valor de volver a estar en unos Campeonatos de Europa en puesto de podio en una prueba olímpica. La sevillana afirmó que «por fin vemos la luz después de cuatro años de tinieblas en el equipo femenino español». La andaluza confesó que mañana ?-por hoy- intentará «disfrutar» en la final de K-2 500 en la que, junto a Molanes, ya tiene en su mano la clasificación olímpica al haber ganado la plaza en el K-4. La veterana palista andaluza, con un gran palmarés internacional, ha dicho que su retorno a la competición tras haber sido madre lo hace con «muchas ganas e ilusión» para seguir consiguiendo éxitos que dedicará a su hija y su marido.
La cuarta miembro del K-4, la asturiana Jana Smidakova ve en la clasificación, para los que serán sus segundos Juegos, una «recompensa» al trabajo realizado en los dos últimos años con el técnico Fausto Moreno, y dedica el hito a sus padres, a su club, el Oviedo Kayak Feve, y a la tripulación que conforma el K-4 español. «No había margen de error, y hemos conseguido la clasificación en una regata buenísima», declaró Smidakova, que reivindica el prestigio que tiene «volver a estar, cuatro años después, en un podio del Europeo en una prueba olímpica».