El K4-500 se viste de plata. Se escapa el oro por 226 milésimas
Craviotto-Cooper-Arévalo-Germade, un leridano de marca, un dos mallorquín y completan dos gallegos, son plata 45 años después de la última medalla de un K4.
Plata conseguida en una regata brutal, emocionante, brillante y se pueden citar más calificativos en el duelo con los alemanes.
Craviotto iguala a David Cal en preseas olímpicas.
El K4 500 español obtuvo la decimocuarta medalla española en Tokio, una plata agridulce que no colma las aspiraciones de una embarcación diseñada para ganar el oro. Un único rival, Alemania, a la misma altura que el bote hispano,.
En el cara a cara en el Canal Sea Forest de Tokio entre ambas potencias los germanos se llevaron el gato al agua en los metros finales.
España salió muy fuerte y en apenas 100 metros ya quedó claro que sólo habría dos aspirantes al triunfo. En el paso por los 250 metros, el barco español pasaba en 39”44, 29 centésimas más rápido que Alemania (39”73); sin embargo, los germanos mantuvieron un ritmo más constante hasta el final mientras los españoles aflojaban un poco el ritmo.
La diferencia final entre la proa alemana y la española fue de 226 milésimas, un suspiro, mientras Eslovaquia, a casi segundo y medio, se colgaba el bronce como convidado de piedra en la batalla entre las dos potencias.
Sea Forest Waterway de Tokio ha sido un infierno de calor y humedad, con sensación térmica superior a los 40 grados, pero en este día final de competición nubes negras y apareció la lluvia de manera intermitente, aunque en el momento del K4 masculino el cielo dio una tregua.
El golpe en la mesa pegado por Craviotto, 36 años, Cooper, 26 , Arévalo, 27 y Germade 30, han culminado el ciclo olímpico plagado de líos y defensa de intereses particulares. En marzo, en los selectivos para elegir el cuarteto olímpico, Carlos Garrote reventó la concentración acusando a compañeros de amañar los selectivos y de hacer trampas para dejarle fuera. Lo secundó Juan Román Mangas, expresidente federativo. Garrote acabó con una denuncia de Craviotto y de Miguel García, el técnico, por grabarles a escondidas y difundir conversaciones privadas y los selectivos se convirtieron en un polvorín que alargó y embarró el proceso.
Evidente, lo de los hispanos es el líquido elemento, el agua, tanto dulce como salada. El piragüismo español puede congratularse porque se marcha de Tokio con dos platas y cuatro plazas de finalista, una cosecha estupenda que hace honor a su tradición de ser con la vela, motor del medallero. En K4 no se lograba subir al podio desde Montreal'76, hace 45 años.
Esta plata, además, es la quinta medalla para Saúl Craviotto, que iguala al canoísta David Cal como el deportista olímpico español con más podios de la historia, todo un hito.