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Acusan de tongo en el proceso de selección del K4 español para los Juegos de Tokio

Acusan de tongo en el proceso de selección del K4 español para los Juegos de Tokio

El entrenador nacional del barco dio por suspendido el cribado olímpico durante tres horas para anunciar después su reanudación con un día de retraso, mientras el Fluvial de Lugo pide un trato igualitario para su palista Cristian Toro y el ex presidente de la Federación habla de «amaño» y «engaño»

Lío en la slección para Tokio del K4 500 español.
El entrenador del K4, Miguel García, la mano que llevó a Saúl Craviotto a sus cuatro medallas olímpicas desde Pekín 2008, incluidas las dos de oro al alimón de los gallegos Carlos Pérez (K2 500) y Cristian Toro (K2 200), había decidido paralizar el proceso selectivo destinado a cribar a los seis palistas que optan a las cuatro plazas del K4 en los Juegos de Tokio de este verano.

Una decisión revocada poco más de tres horas después por la Real Federación Española de Piragüismo (RFEP), traduciéndose a efectos prácticos en el retraso en un día del inicio de la segunda parte del selectivo, que se reanudará este miércoles, y que ha alimentado argumentos entidades o particulares como el Fluvial de Lugo o el propio ex presidente de la RFEspañola de Piragüismo, Juanjo Román Mangas, que en las últimas horas han denunciado públicamente la existencia de un tongo en la selección. Una supuesta trama trazada con el único fin de refrendar la titularidad olímpica de la tripulación que en el 2019 firmaba la última plata mundialista y la clasificación del K4 hispano para la gran cita de Tokio, formada por el catalán Craviotto, el balear Marcus Walz y los gallegos Carlos Arévalo y Rodrigo Germade.

Con la conclusión, en el embalse asturiano de Trasona, de las tres primeras series contrarreloj de las tres combinaciones con los seis palistas diseñadas por Miguel García en base a los datos y la experiencia recabadas durante los cinco meses previos de entrenamientos en régimen de concentración de todos los aspirantes olímpicos.

Que Craviotto, Walz, Arévalo y Germade cerrasen la semana pasada parando el crono en 1.20,842 no habría llamado tanto la atención de no ser por el contraste con los paupérrimos tiempos de las dos combinaciones anteriores, 1.24,067 de Craviotto, el zamorano Carlos Garrote, Arévalo y el viveirense Cristian Toro el pasado viernes; y 1.24,664 de Craviotto, Walz, Arévalo y Toro el sábado. Esto es, entre 3 segundos holgados y casi 4. Como referencia, indicar que la dirección técnica de la RFEP había fijado en 6 décimas de segundo el tiempo mínimo que una de las combinaciones le debería sacar a las restantes para hacerse con la plaza olímpica al término del selectivo, que tenía su segunda y última tanda de series contrarreloj programada entre hoy y el jueves.

«El proceso de selección incluye datos recopilados durante mucho tiempo, entre ellos los del selectivo, en el que se han visto algunos que no aportan claridad y que tienen ruido. Se desestiman, como ocurre en un proceso habitual, y se siguen recopilando más datos para conseguir tener la mejor embarcación posible en Tokio», había señalado, en un comunicado de la Real Federación Española de Piragüismo el entrenador nacional en su explicación del porqué de la paralización del selectivo.

Y si bien Miguel García parecía querer quitarle hierro al asunto al añadir que la diferencia de tiempos no respondería a un solo motivo, apuntando a otras variables como el mayor frío del segundo día del proceso, la salida manual y no automatizada o la activación de los deportistas; sus últimas palabras en el primer comunicado federativo llevan a pensar en que algo había descarrilado fuera de los cauces ordinarios de un selectivo como el del K4 500: «El test previsto para esta mañana no se ha disputado porque los deportistas, después de todo este maremágnum, no están en condiciones de aportar el 100 por cien en cada prueba, de manera que la información que íbamos a obtener no nos sirve».

Así las cosas, y después de que Miguel García hubiese descartado en primer término realizar las tres series contrarreloj programadas para esta semana llamadas a completar la selección del barco de equipo para Tokio, poco más de tres horas después se desdecía en un segundo comunicado federativo. En él «la Federación Española de Piragüismo», «ha decidido hoy que la tripulación del K4 500 quedará decidida esta semana, tras acordar que este miércoles continúe el proceso de selección».

Movilización en contra y anuncio de «sorpresas»

El Club Fluvial de Lugo ha hecho públicas presuntas irregularidades en el selectivo de la federación para elegir las embarcaciones que representarán a España en el K1 200 y el K4 500 en los Juegos Olímpicos de Tokio. A través de una carta dirigida a la Real Federación Española de Piragüismo, el presidente de la entidad, Tito Valledor, pretende actuar en «defensa legítima» de su deportista Cristian Toro y solicita un proceso «lo más limpio, igualitario y transparente posible».

El Fluvial solicita así recuperar el sistema de clasificación anterior, con pruebas en línea en K1 200 metros y 400 metros siendo los cuatro mejores los que vayan a los Juegos «para que nos represente la mejor embarcación posible». El actual proceso, con seis palistas implicados, los midió en una prueba de K1 200 y ahora prueba distintas combinaciones en el K4 para encontrar la más rápida.

Diferencias de más de cuatro segundos entre unos y otros levantaron sospechas y ahora es el equipo del viveirense Cristian Toro, campeón en Río de Janeiro junto a Saúl Craviotto, el que denuncia «la conducta totalmente unilateral y absolutamente parcial o partidista por parte del entrenador Miguel García».

La denuncia del Fluvial de Lugo llega un día después de las crudas acusaciones vertidas por el que hasta hace cuestión de un mes había venido rigiendo la política de la Real Federación Española de Piragüismo. Juanjo Román Mangas, zamorano como Carlos Garrote, junto a Toro los palistas que quedarían fuera del K4 a tenor del tiempo registrado el pasado domingo, sostuvo en el canal de televisión La 8 Zamora que «ha habido amaño en el selectivo del K4», para afirmar que «han engañado a Toro y Garrote no hay juego limpio», requiriendo a su sucesor, Pedro Pablo Barrios, que tome cartas en el asunto y aventurando que «esto tendrá recorrido hay una investigación y habrá sorpresas».