El Kayak Tudense reina en el Trofeo Príncipe de Asturias
El tradicional recorrido por el litoral de la ría de Pontevedra con meta en el Lérez, en pleno centro de la ciudad, se cambió por un itinerario en la pista de remo de Pontillón do Castro.
Menos espectacularidad y menos público, pero más apuesta por los deportistas gallegos. El anunciado cambio de espíritu del Trofeo Príncipe de Asturias de piragüismo fue evidente y la trigésimo quinta edición de la prueba se convirtió en una de las más rupturistas con el pasado.
El tradicional recorrido por el litoral de la ría de Pontevedra con meta en el Lérez, en pleno centro de la ciudad, se cambió por un itinerario en la pista de remo de Pontillón do Castro. El Kayak Tudense con un total de 927 puntos fue el club que mejor se supo adaptar a todas estas variaciones, imponiéndose en la general y por este orden al As Torres Romería Vikinga de Catoira con 885 puntos y a la Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra tercero, con 594. El Kayak Tudense, además de ser el dominador en la general, fue arrollador en algunas categorías. Se impuso en cuatro de ellas, y en la más rápida, el K-4 senior masculino, situó a dos embarcaciones en los dos primeros puestos. Su liderazgo copó el resto de competiciones de la categoría senior, puesto que el triunfo en el K-4 femenino también fue para los de Tui, al igual que el C-4, cita reservada únicamente para los equipos masculinos.
La competición estuvo más reñida en las categorías inferiores, en las que la hegemonía del club campeón apenas se dejó notar. As Torres de Catoira, Ciudad de Pontevedra, Club Naval de Pontevedra o Escola Piragüismo de Poio fueron algunos de los que mejores resultados consiguieron en la competición entre los equipos de las promesas del piragüismo gallego.
El inédito sistema consistió en que todas las categorías participantes (cadete, juvenil y senior), siempre en K-4 o C-4, completasen un itinerario de 6.000 metros después de dar tres vueltas al campo de regatas del recinto pontevedrés. La primera de ellas se realiza de forma individual para, en la siguiente, dar el cambio a embarcaciones de doble capacidad y, ya en la última de las tandas, cambiar ya a los kayaks o canoas cuádruples.
Fueron los momentos de la transición los que aportaron una mayor tensión y dinamismo a la prueba, ya que en ellos los conjuntos trataban de ganar mediante sus correspondientes estrategias algunos segundos frente a sus adversarios. El que, en comparación con las ediciones anteriores, era un escaso público tenía en estos cambios los lances más emocionantes de las pruebas, ya que casi la mitad del recorrido es difícilmente observable desde la zona donde se ubican las gradas.
La prueba se desarrolló a lo largo de toda la mañana en el que es un conocido centro de entrenamiento para los palistas de la provincia y en el que volvieron a hacer presencia unas temperaturas de en torno a 17 o 18 grados, más bajas que las registradas a la misma hora al borde del mar, y contra las que también tuvieron que luchar los aproximadamente 500 deportistas que se dieron cita en estas instalaciones.