Una operación cuestionada
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Cuando un petrolero tiene una vía de agua por donde expulsa fuel al mar se puede hacer lo que se hizo, o todo lo contrario.
Esto es, empujar al Prestige mar adentro o acercarlo a un puerto o a una ría, rodearlo con barreras y calentar el fuel para volverlo más líquido y así vaciar sus bodegas.
Hay expertos en salvamento y anticontaminación que no están nada de acuerdo en cómo se resolvió el accidente.
Ellos habrían actuado de otro modo. Otros, en cambio, avalan la decisión adoptada por las autoridades españolas.
Los técnicos están divididos.
Charles Haas, el primer oficial del barco anticontaminante francés Rundelta, se pone del lado de los que piensan que fue un error alejarlo, porque «lo que hay que hacer en estos casos es aproximarlo a la costa, cercarlo con barreras y extraer el fuel de su interior».
El Rundelta es un buque especializado en tareas de limpieza de hidrocarburos, que ocupa desde el martes el muelle de trasatlánticos de A Coruña. Pero no puede hacer nada si el temporal no amaina.
Si el Prestige se hubiese acercado a la costa, «arrasaría» toda una zona, pero «no afectaría al resto de Galicia», según Victoriano Urgorri.
Un miembro de Salvamento Marítimo cree que el día del accidente, cuando se creía que el buque podría irse a pique, «sólo pensar en acercarlo era una irresponsabilidad.
Imagínese que se hunde a dos millas de A Coruña». Y concluye: «Es muy fácil opinar a toro pasado».
A Charles Haas también le cuesta comprender que Galicia no cuente con un buque similar al Rundelta . «Tras muchos accidentes, las autoridades españolas deberían haber adquirido un barco de limpieza como el que tienen la mayoría de los países europeos», señala este experto marino.