Primeras bolsas de fuel en el lugar donde se hundió
Índice del artículo
La marea negra asola la zona entre Fisterra y Muros y entra en la bahía de A Coruña y varias playas de Ferrol
-Portugal detectó ayer en la zona del hundimiento las primeras bolsas de fuel, de pocos kilómetros cuadrados, pero de gran densidad, lo que indica que provienen del fondo.
La marea negra tocó ayer el frente de costa comprendido entre el cabo Fisterra y la playa muradana de Louro. También afectó a la bahía de A Coruña, donde una mancha de chapapote se desplazaba a sólo una milla de la torre de Hércules, y a los arenales ferrolanos situados entre los cabos Prioriño y Prior.
La marea negra se acercó ayer a 500 metros de la ciudad de A Coruña y llegó a la costa norte de Ferrol, a las playas de Doñinos y Cobas. Los miembros de Salvamento Marítimo detectaron una mancha al oeste de la Torre de Hércules a primera hora de la mañana. Empujada por los vientos del suroeste, la contaminación -de milla y media de largo y 200 metros de ancho- se acercó a última hora de la tarde a un cuarto de milla (menos de 500 metros) de la costa coruñesa.
El actual escenario ya ha superado las peores previsiones y las malas noticias no dejan de llegar.
El Instituto Hidrográfico portugués detectó ayer en la zona del hundimiento las primeras bolsas de fuel, de pocos kilómetros cuadrados, pero de gran densidad, lo que indica que provienen del fondo. «Son nuevas, salieron después del hundimiento», indicó Augusto Ezequiel, director del instituto luso. Todo sugiere que el petrolero, que está sumergido a 3.500 metros, podría estar expulsando parte de las 58.000 toneladas de combustible que albergaba en sus tanques cuando se fue a pique. La presión a la que están sometidos los depósitos o la rotura de alguno de ellos tras el impacto con el fondo serían el origen de estas fugas.
Tesis contraria
La Delegación del Gobierno en Galicia difundió un comunicado de la Asociación de Ingenieros Navales de España en el que se asegura que el fuel se va a solidificar y el buque soportará la presión y la corrosión.
Respecto a la mancha de 10.000 toneladas que apareció en ese punto el martes, a los pocos minutos de partirse el Prestige , se desplaza en dirección al noroeste y a media tarde de ayer se encontraba a unas cien millas a la altura de Corrubedo. Los técnicos aseguran que, de continuar esta trayectoria, no entraría en la costa gallega, aunque afectaría de lleno al golfo de Vizcaya. Ante la posibilidad de que la mancha esquive Galicia, Francia ya se prepara para la llegada del vertido en sus costas. Las autoridades galas decretaron la situación prealerta desde Bretaña hasta Bayona y tienen listo un plan anticontaminación.
Por el momento, las únicas zonas que parecen haber obtenido una tregua son las rías del sur. Expertos y la propia Delegación del Gobierno señalaron que el riesgo de que el fuel se extienda a las Rías Baixas es, por el momento, muy bajo.
Mientras la marea negra del ‘Prestige’ se extiende por las costas gallegas, más de 200.000 metros de barreras de protección antifuel esperan desde el lunes en EEUU a que las autoridades españolas confirmen su envío.
La compañía que ha preparado el pedido es Cunha Internacional, presidida por el inmigrante gallego José A. Estévez. Éste se hizo con 30 kilómetros de este material en sólo 24 horas, tras recibir un 'email' urgente remitido por el gabinete de crisis, donde están representados el Gobierno central y el regional. Sin embargo, una vez preparado el pedido, no obtuvieron respuesta de las autoridades.
"Hablamos con los de Salvamento Marítimo de A Coruña, nos pidieron ayuda, nos dimos una panzada para lograr cuantos más kilómetros mejor, y luego no lo quieren. Esto es pasotismo", protesta Estévez. Las barreras estarían disponibles en sólo dos días si se trasladaran en avión. De haberse encargado el pasado lunes, 30.000 estarían protegiendo desde anteayer las zonas afectadas por el vertido.
Los afectados por la marea negra del 'Prestige' critican la falta de medios para luchar contra el fuel.
Los alcaldes de las poblaciones afectadas por el vertido del 'Prestige', así como Protección Civil, han demandado más medios para luchar contra el fuel, que ya afecta a Corcubión y ha llegado a las playas de Ferrol. Las aves de la zona aparecen ya cubiertas de combustible. Las manchas que flotan sobre el mar están bastante fragmentadas y los barcos de limpieza de las aguas no pueden trabajar por el mal tiempo.
El alcalde de Corcubión, Rafael Mouzo, lamentó esta situación, que a su juicio puede agravarse en las próximas horas, porque el temporal esta dispersando el combustible, cuya cantidad "es imposible de determinar".
Mouzo afirmó que "nadie se ha comunicado" con él "para saber como afrontar este problema" y aseveró "que las autoridades gallegas están tratando este problema como si fuera una república bananera". "Cuando pase todo esto habrá que pedir responsabilidades políticas y criminales, porque esto es un crimen", apuntó.
Asimismo criticó que no se hayan adoptado medidas preventivas para evitar que el vertido llegase a esta zona, la única de la costa da Morte que permanecía intacta.
Salvamento Marítimo intenta instalar 1.800 metros de barreras de contención, aunque las manchas del combustible han llegado ya a las playas de O Pindo, Sardiñeiro y A Concha, la más rica en marisco de la zona.
Más críticas
Por otro lado, el alcalde de Muros, Celestino Fermoso, puso en duda la utilidad de las barreras de contención en un mar como el de Galicia en que el oleaje y las fuertes corrientes pueden inutilizarlas. El combustible llegó a afectar a la playa mayor, en la zona del Ancoradoiro, y a la ensenada de San Francisco.
El alcalde de Noia, Rafael García Guerrero, criticó la "falta absoluta de medios para prevenir esta grave situación", así como la "descoordinación" con la que se está llevando a cabo este siniestro. "La gente hace lo que puede e incluso recoge el combustible sin saber dónde depositarlo, porque no cuentan con contenedores ni con otros medios", se lamentó García.
El temporal dificulta las tareas de limpieza.
El fuerte temporal que ayer azotó las costas gallegas, con vientos de suroeste de fuerza seis-siete y olas de hasta seis metros, dificultaron las tareas de limpieza. Los barcos de recogida de residuos Aliette (en la imagen) y Rinnj Delta , francés y holandés, respectivamente, se vieron obligados a regresar a puerto ante la imposibilidad de succionar las manchas. En las playas, la situación no fue distinta, toda vez que el mar arrastró numerosas tiznas de fuel a la costa.