Día 24: Diferentes océanos, misma prueba de fuego
Están en océanos diferentes, separados por 3.500 millas. Pero hoy, tanto en el grupo de cabeza de la Vendée Globe como en la cola de la flota, el tema del día han sido los vientos fuertes. Los líderes Armel Le Cléac'h y Alex Thomson, separados por sólo 20 millas, avanzan rápidamente hacia las Islas Kerguelen, y podrían ser alcanzados por un potente temporal en unos pocos días. Mientras, el grupo de 15 barcos que cierra la flota también se enfrentará a vientos fuertes, por encima de 35 nudos, lanzados por una gran depresión que se mueve hacia el este.
Uno de los favoritos, Le Cléac'h, que lidera la flota desde hace dos días, ha dicho que necesita estar preparado para el tiempo duro que podría golpear el Banque Populaire VIII en cualquier momento. “Después de las Islas Kerguelen habrá que lidiar una zona de transición complicada, pero sobre todo estamos mirando el parte ya que anuncia un temporal hacia el final de la semana”, ha dicho el patrón francés. “Parece que estará muy duro en los waypoints de Australia. Aún quedan unos días pero no dejamos de prestarle atención al parte para ver la fuerza del viento y el estado del mar que podremos encontrarnos. Hay borrascas bajando desde Madagascar que podrían acentuarse rápidamente”.
Si sus velocidades se mantienen en los 20 nudos de hoy martes, Le Cléac'h y Thomson deberían pasar mañana miércoles por la mañana al norte de las Kerguelen, un remoto archipiélago en el océano Índico. “Una vez pasemos las Kerguelen y estemos yendo hacia Australia, podríamos encontrarnos con vientos bastante, bastante fuertes”, añadía el patrón del Hugo Boss, el único británico en liza. “Con suerte, podría seguir pisando los talones a Armel y el jueves debería estar amurado a babor, lo que significa que podré tener un foil en el agua y navegar el barco a todo su potencial”.
Para los 10 barcos que todavía están luchando en el Atlántico para llegar a las condiciones del Océano Sur, las velocidades podrían empezar a subir ya que comienzan a coger el inicio de una depresión que finalmente los disparará hacia Cabo de Buena Esperanza. Dentro de este grupo, en un margen de sólo 200 millas, el líder Louis Burton, a bordo del Bureau Vallée, es el único que parecía estar en apuros esta tarde (el parte de posiciones de las 15:00 horas indicaba que estaba haciendo sólo 2,1 nudos de velocidad frente a los 12-15 nudos de los barcos de su grupo. Después de haber pasado casi dos semanas revolviéndose en vientos ligeros, este grupo se encuentra ahora con un parte para las próximas 12-24 horas de 35 nudos de viento, ya que la borrasca se establece.
500 millas al oeste, el trío formado por Alan Roura, Enda O'Coineen y Pieter Heerema está sacando réditos del hecho de haber pillado antes el viento fuerte. “Estamos casi entrando en el Océano Sur”, decía el suizo Alan Roura, el más joven de la flota con 23 años. “Tengo 23 nudos de viento y debería aumentar esta tarde. Poco a poco voy estrechando el cerco sobre el resto, veremos cómo funciona mañana. Vamos a tener estas condiciones durante 40 o 45 días, así que tenemos que acostumbrarnos”.
Por su parte, Jean-Pierre Dick doblaba Cabo de Buena Esperanza a las 10:15 hora española, completando la distancia entre Les Sables d'Olonne y este punto en 22 días 21 horas y 13 minutos, convirtiéndose en el séptimo patrón de la flota en entrar en el océano Índico. Sorprendentemente, a pesar de estar a casi cinco días del récord de 17 días 22 horas y 58 minutos establecido por Alex Thomson, el tiempo de Dick es incluso dos horas más rápido que el registrado por Armel Le Cléac'h en la edición de 2012. Se espera que Thomas Ruyant (8º) y Jean Le Cam (9º) pasen este punto, respectivamente, hacia el final de la tarde y durante la noche.
El español Dídac Costa navega a 9,9 nudos de velocidad. Y a pesar de haber salido de Les Sables cuatro días más tarde que el resto de la flota ya ha rebajado la distancia con su inmediato antecesor, Sebastien Destremau, a sólo 83 millas.
MÁS DECLARACIONES
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Alex Thomson (Hugo Boss):
“El sur es un lugar en el que tienes que tener muchísimo cuidado. Nadie quiere tener problemas aquí. Y, sin duda, me enfrento a él de una forma diferente a la que me enfrenté a la primera fase en el Atlántico. Aquí abajo es diferente. Cuando navegaba por esta zona en la Barcelona World Race de 2007 con Andrew Cape, recibí la noticia de que mi padre había sufrido un ataque al corazón. Nunca olvidaré la sensación de sentirme totalmente inútil, tan aislado, pudiendo hacer malamente una llamada de teléfono. Me tomo este sitio muy en serio. En realidad no me siento tan solo, hay cientos de miles de personas siguiéndonos y estoy a sólo 20 millas de Armel. Me siento aislado, pero no solo”.
Alan Roura (La Fabrique):
“Estoy manteniendo mi configuración vélica en secreto, ya que sé que Enda está escuchando. ¡Va a por mí! Tengo que admitir que no elegí el barco más fácil en lo que a la vida a bordo se refiere. Es realmente minúsculo. Pasamos un montón de tiempo dentro. Tengo la sensación de que somos como vagabundos. Sin ducha, sin baño. En sólo dos días hemos pasado de temperaturas en las que estábamos sudando la gota gorda al frío. Dentro del barco es todo un poco caos”.
Paul Meilhat (SMA):
“Todavía puedo ver a Jérémie [Beyou] a seis millas. Es tranquilizador tener a alguien cerca. Hemos hablado por el VHF y eso nos hace ir más rápido. Si hace falta cambiar una vela intentamos hacerlo antes que el otro para arañar unas millas extra. No nos estamos marcando realmente, pero miramos lo que hace el otro. Es bueno tener a alguien que marque el ritmo. Cuando estás solo, aunque tengas los ficheros meteorológicos y el ordenador, hay días en los que eres más rápido y otros en los que no lo eres tanto. Hoy la velocidad no es muy buena. El viento es muy inestable; con cada chubasco pasaba de 15 a 25 nudos en nada”.