Nuevo récord de Caudrelier en el Índico, Le Cléac'h sigue a la carga. La zona de exclusión de hielo, ¿cómo funciona?

El líder de la vuelta al mundo en solitario ARKEA ULTIM CHALLENGE-Brest, Charles Caudrelier, se adentró anoche en el océano Pacífico tras establecer un nuevo tiempo récord en solitario para la travesía del océano Índico entre el cabo de las Agujas, en Sudáfrica, y la longitud de Tasmania.

El Maxi Edmond de Rothschild pàtroneaado por Caudrelier pasó por el Cabo Sureste, la longitud de Tasmania, a las 00:03:10hrs UTC de este domingo por la mañana. Con un tiempo de paso de 8d 8h 20' y 36', el patrón francés de 49 años batió el récord de 2016 de Thomas Coville en 3h 57 minutos. La velocidad media de Caudrelier en el océano Índico ha sido de 30,7 nudos.
El récord absoluto del Océano Índico lo ostenta Francis Joyon con exactamente siete días. Joyon navegó en el IDEC Sport con una tripulación de seis personas y, sin restricciones por ningún límite de hielo como la AEZ impuesta en esta prueba, navegó mucho más al sur y, por lo tanto, cubrió una distancia más corta. En aquel momento, diciembre de 2015, Joyon pulverizó el récord recién establecido de Spindrift 2 en casi 33 horas.

Y, también sujeto a la aprobación de la WSSRC, Charles Caudrelier ya ha establecido un récord transoceánico en esta regata. El jueves 25 de enero, el patrón del Gitana Team también estableció un nuevo mejor tiempo de referencia en solitario entre Ushant y Cabo Leeuwin. Mejoró el tiempo establecido por François Gabart en 2017 en 1d 8h, 25' 55''.

Caudrelier hacía 32 nudos constantes esta mañana en el Pacífico y ve aumentar su ventaja a casi 1900 millas sobre el segundo clasificado, Thomas Coville (Sodebo Ultim 3), que se encuentra a unas 110 millas de cabo Leeuwin esta tarde. Armel Le Cléac'h (Banque Populaire XI) sigue recortando millas al segundo clasificado.

Ayer a las 1504h UTC Anthony Marchand volvió a la puerta de referencia para completar su escala técnica y reanudar la regata. Los miembros de su equipo técnico aprovecharon al máximo el tiempo mínimo de parada de 24 horas y retiraron el foil de babor dañado del Actual Ultim 3, pero también repararon cualquier otra cosa que necesitara atención. "El objetivo era salir respetando el tiempo mínimo de parada impuesto por el reglamento de la regata, y lo conseguimos", se entusiasmó Marchand desde el campo de regatas. "Los chicos trabajaron sin descanso desde el momento en que llegó el barco. Todo fue muy rápido, pero ahora todo vuelve a funcionar. El barco no sale al 100% de su potencial, pero sale fuerte, lo que es esencial para mí antes de iniciar la travesía de los océanos Índico y Pacífico".

Se cruzó con el Adagio, que se dirigía a Ciudad del Cabo. Desde que Éric Péron dijo que haría escala, su equipo técnico ha trabajado duro. El entrenador, Elliott Le Dem, se dirigió a Sudáfrica el viernes; el mismo día, se entregó la pieza que había que sustituir en el sistema del timón, después de mecanizarla. Al día siguiente, el capitán del barco, Loïc Le Mignon, salió de Brest rumbo a Ciudad del Cabo, con la pieza en la maleta. Y ayer, Éric Péron llegó a Ciudad del Cabo, que debía abandonar a las 1757h UTC de este domingo, de acuerdo con el mínimo de 24 horas, que él y su equipo esperan haber respetado plenamente.

La zona de exclusión de hielo, ¿cómo funciona?

Hoy nos ocupamos del "qué y por qué" de la ZEA, la Zona de Exclusión Antártica, que es una línea límite que los navegantes no deben cruzar.
Se establece para proteger a los solitarios de los icebergs que se desplazan a la deriva por el sur de los océanos Índico y Pacífico. Esta línea de demarcación es fijada por la Dirección de Regata según las recomendaciones de los CLS (Collection Location Satellites) que se actualizan regularmente. Cuatro patrones compiten actualmente a lo largo de esta ZEA, Jimmy Viard, analista de imágenes satelitales en CLS, explica los desafíos.

¿Por qué es necesaria esta ZEA?
Nuestro objetivo es proporcionar a la dirección de regata todos los elementos para fijar la posición correcta de la ZEA. Tres meses antes de la carrera, recogemos datos mediante altimetría (utilización de una técnica destinada a medir con precisión las variaciones del nivel de los océanos), radar e imágenes ópticas. Esto nos permite determinar las zonas de riesgo en términos de cantidad de icebergs. A continuación, presentamos nuestros resultados a la Dirección de Carrera. Durante la regata, podemos afinar la ZEA utilizando imágenes de radar por satélite que nos permiten determinar las posiciones de los icebergs. Ya vamos por la 4ª actualización desde la salida.

¿La han modificado recientemente?
Sí, el fin de semana pasado para la zona de las Kerguelens. Gracias al análisis de las imágenes de satélite, se observaron tres detecciones de objetos de 40 metros. En efecto, podría tratarse de barcos que no utilizan el AIS (sistema anticolisión instalado y utilizado por todos los buques y que permite identificarlos), ya que pescan ilegalmente. No queríamos correr ningún riesgo y decidimos, en colaboración con la dirección de regata, desplazar un poco la línea hacia el norte.

"¡Los icebergs pueden superar los 10 km!"

Además de observar los icebergs, ¿los modelan?
Sí, totalmente, modelizamos los icebergs. Determinando su volumen y altura y conociendo las corrientes, los vientos y la temperatura del agua, los algoritmos son capaces de modelizar su deriva durante varios días. Es muy fiable durante tres días, menos preciso después. Esto nos permite anticipar su deriva y asegurarnos de que ningún iceberg se acerca realmente a la ZEA.

¿Qué tamaño tienen estos icebergs?
Los bergs que detectamos pueden superar los 10 km, o a veces más de 100 km. Se trata de trozos de glaciar antártico que caen al mar, que se rompen y que consiguen desprenderse de la banquisa y venir hacia el norte por la corriente. Los más grandes son rebautizados con una letra y un número por el Centro Nacional de Hielo de Estados Unidos. A medida que derivan, principalmente con las corrientes (y en menor medida con el viento), se rompen en grandes trozos. Podemos ver y controlar trozos de hielo a 40 metros y más. Por debajo se complica, ya que pueden confundirse con las olas rompientes.

¿Hay más o menos que en años anteriores?
Este año, en el Atlántico Sur, ¡es un auténtico campo de minas lleno de icebergs! Algunos consiguieron escapar gracias a la corriente, otros se partieron al calentarse el agua. En el Atlántico, hay una corriente de Oeste a Este que los lleva desde la Península Antártica y derivan hacia las Kerguelens y "mueren". En el Pacífico, llegan desde el mar de Ross hasta el cabo de Hornos. Depende cada año del número de icebergs que salen de la Antártida y eso varía mucho. En el Pacífico, por ejemplo, este año estamos viendo muchos menos icebergs que el año pasado.

"No van más al norte de lo habitual" ¿Influye el calentamiento global?
En realidad, desde el ámbito de nuestro trabajo no sabemos si esto se debe al cambio climático. Por otro lado, lo que vemos es que los bloques que se desprenden de los glaciares son cada vez más grandes. Si el bloque se desprende gracias a la corriente y consigue salir al Norte antes de que el invierno lo aprisione, avanzará, se fracturará y seguirá su camino. A veces, puede "vivir" un año entero o incluso años en el Atlántico Sur. Sin embargo, no van más al Norte de lo habitual, alrededor de los 44° Sur en el Atlántico.

Durante sus intentos de récord, ¿Thomas Coville y François Gabart fueron mucho más al sur que nuestros patrones?
Sí, totalmente, pero se trata de dos cosas diferentes, competir y buscar un récord. El intento de récord de la vuelta al mundo no tiene ningún límite impuesto en el recorrido. Allí trabajamos directamente con los ruteros. Aquí la dirección de regata tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de los patrones, de ahí la necesidad de establecer la ZEA, y luego la ZEA debe seguir siendo válida para el último competidor que podría pasar mucho tiempo después del líder.
¿Qué se podría optimizar o mejorar en el futuro en este campo de trabajo?
Actualmente utilizamos imágenes comerciales de 500kmx500km con una resolución de 80 metros programándolas exactamente donde se desea. También utilizamos datos del satélite europeo Sentinel en zonas definidas con mucha antelación por el programa Copérnico, pero la cobertura en el gran sur es escasa. Haría falta una misión por satélite que programara permanentemente las imágenes antes y durante la carrera. Los costes siguen siendo considerables.