La desaceleración del viento, provoca un reagrupamiento en la cabeza de la flota Vendée Globe

La regata en esta circunstancias no da mucha moral! La desgracia de uno es la felicidad de los demás ... cuando paran los de adelante, se frotan las manos loe de popa. De Brian Thompson (Bahrain Team Pindar), en la actualidad 12º a Michel Desjoyeaux (Foncia), 18º las diferencias se han fundido entre 100 y 200 millas en menos de 24 horas . ¡Qué delicia ver tanto esfuerzo recompensado! comenta el profesor, tras partir de Sables dos días después de todo el mundo, su diferencia se ha reducido a verdaderamente poco.

Desgaste físico y mental
Para los diez primeros, que se sitúan en un centenar de millas, el desgaste comenzó. No hay tiempo para descansar. Toda la noche y durante todo el día, los trabajos se multiplican a bordo de los 60-pies. Trasluchadas, maniobras, pilings y todo con mucho calor y una humedad que requieren la mejor condición física. Lo mismo con las neuronas, pensar tácticas, plantearse en la derrota la ruta a seguir, olfatear el viento... evidentemente, necesario un superavit de desayuno de las mismas.
Jérémie Beyou (Delta Dore, 9 ª) exclamó esta mañana: "este es el pastel! "Cuando sus adversarios ven como las previsiones meteorológicas son tmalas, el puzzle de la estrategia se complica aún más.

Entre trasluchada y trasluchada, la llegada a la zona de calmas no ha sido nada buena para los tres que comandan la regata Loïck Peyron (Gitana Eighty), Jean Le Cam (VM Matériaux) et Sébastien Josse (BT), los siete perseguidores han recortado sus diferencias significativamente. Con la excepción de Loick Peyron que conserva por sexto día consecutivo el liderazgo de la carrera, trata de mantener su pequeña ventaja sobre todos sus rivales directos. Los albores de la zona de calmas debe llegar a partir de la próxima noche con la primera tormenta en el horizonte. Los nervios de los solitarios volverán a ser puestos a prueba. La gran zona de la lotería ¿El deleite de algunos y la desgracia de los demás?

Unai Basurko navega más pegado a tierra y cási a la par de Wilson Rich, tiene unos doce nudos de viento y alcanzará mañana el archipiélago de Cabo Verde.