Jessica Watson completa la vuelta al mundo a vela, sola, con 16 años
Es australiana, se llama Jessica Watson y tiene sólo 16 años. Está a punto de convertirse en la persona más joven que jamás haya dado la vuelta al mundo en un velero en solitario y sin escalas. El récord vigente es de otro australiano, Jesse Martin, que lo logró en 1999 con 18 años cumplidos.
En un velero de 10 metros de eslora se dirige con determinación hacia Sydney en solitario, no ha tocado tierra en más de seis meses desde que partió de Sydney el 18 de octubre pasado, navegando siempre hacia el este, y está a punto de finiquitar el círculo. Tres muescas en su cinto con todo el derecho al doblar los tres cabos míticos de los mares del Sur: Hornos, Buena Esperanza y el de Leeuwin. Por su popa unas 20.000 millas y espera arribar a destino en un par de semanas.
Ya estamos acostumbrados a los aventureros de la Vendée Globe, en su mayoría marinos aunque ultimamente alguna fiera del sexo femenino les ha dado ciento con honda, pero este caso es verdaderamente particular. Su barco no es ninguna máquina, se llama 'Pink Lady' (la Dama de Rosa), y su capitana es casi una niña. Es australiana, se llama Jessica Watson y tiene sólo 16 años. Está a punto de convertirse en la persona más joven que jamás haya dado la vuelta al mundo en un velero en solitario y sin escalas. El récord vigente es de otro australiano, Jesse Martin, que lo logró en 1999 con 18 años cumplidos.
Jessica Watson, está demostrando una serenidad y una madurez impropias de alguien que es una recién llegada en este tipo de navegaciones. Antes de embarcarse en este reto titánico apenas acumulaba 10.000 millas de experiencia, la mayoría de ellas en barcos con tripulación, y por este motivo arreciaron las críticas por lo que muchos consideraban una insensatez. Jessica ha navegado desde muy pequeña con sus padres y maneja barcos pequeños con soltura, pero dar la vuelta al mundo en solitario y sin escalas es un reto mayúsculo que requiere inmensas dosis de autocontrol, algo que no parece inherente a un adolescente. Sin embargo, lo está haciendo tan bien que ha acabado por acallar todas las voces escépticas.
Jessica superó vientos de hasta 70 nudos y olas de hasta 10 metros, recogiendo de la lluvia el agua necesaria para subsistir y aprovechando los bancos de calamares que aterrizaban en su casco para comer fresco. Un patrocinador le ha permitido financiar una odisea que es prácticamente 'online' porque se sigue a través de su web y su blog (www.jessicawatson.com.au) y de las redes sociales Facebook, Twitter, Flickr y YouTube. Ni siquiera la arredró un serio incidente que se produjo un mes antes de partir, cuando su frágil velero impactó con el 'Silver Yang', un carguero de 225 m. de eslora y 63.000 toneladas. Al parecer, Jessica se durmió y no prestó atención al radar; el carguero trató de evitarla, pero las maniobras son lentas en estos buques tan enormes. Reparó los desperfectos y, al parecer, ha aprendido la lección. El sueño mal administrado, especialmente en zonas de tráfico intenso, es el peor enemigo de los navegantes solitarios.