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En el océano Índico. Cambio de líder aunque los cuatro en un pañuelo

En el océano Índico. Cambio de líder aunque los cuatro en un pañuelo

Tras mejorar en 21 horas y 17 minutos el tiempo de referencia establecido por Alex Thomson durante la edición 2016 de la regata en el tramo entre el ecuador y el cabo de Buena Esperanza, ayer noche a las 23h30, Charlie Dalin fue el primero en cruzar la longitud del cabo y entrar en el océano Índico.

Momentos de confusión

El patrón del MACIF Santé Prévoyance, que tomó el control de la flota el 22 de noviembre al norte de Fernando de Noronha, ha visto remontar como balas a Yoann Richomme (PAPREC-ARKEA) y Sébastien Simon (Groupe Dubreuil). Ambos y a la par (ayer publicamos vídeos donde navegaban a la vista), literalmente, le han robado la cartera al Sur de Sudáfrica, eso si con unas diferencias mínimas al comenzar el posible tramo recto a lo largo del borde de la Zona de Exclusión Ártica (ZEA), virada táctica hacia las islas Marion y Príncipe Eduardo, lo que les proporcionaría un comienzo casi perfecto en el Índico.

«Todos sabíamos que iba a ser una regata muy disputada, y así ha sido. Me siento como si estuviera dando la vuelta al mundo en un Figaro. Thomas, Yoann, Seb... todos están muy juntos. Navegan duro y rápido», comentaba Charlie Dalin poco antes de doblar el Cabo de Buena Esperanza. El patrón del MACIF, que contaba con una ventaja de entre 20 y 47 millas sobre sus rivales directos, no se imaginaba que iban a ser capaces de recortar la distancia en las últimas horas. Olieron el role del viento y lo aprovecharon en las 80 millas entre el cabo de Buena Esperanza y el punto más meridional del continente africano que marcan (Cabo Agujas) el paso del océano Atlántico al Índico, tomando la delantera. «Charlie y Thomas tardaron casi exactamente el doble que los otros dos en cubrir la distancia: 6h30 el más lento frente a 3h47 el más rápido. Todos ellos cruzaron la longitud del Cabo de las Agujas en el espacio de sólo 37 minutos, entre las 23h14 y las 23h56», explicó el Director de Regata, con sus cifras a la vista el sábado. Cifras que, por cierto, dan lugar a interesantes comparaciones.

Sobre los tiempos rápidos
El tiempo de referencia entre el ecuador y Buena Esperanza en la edición de 2016 por Alex Thomson (8 días, 15 horas y 56 minutos) fue batido en 21 horas y 17 minutos por Charlie Dalin. Sin embargo, el navegante británico sigue siendo el hombre más rápido entre Les Sables d'Olonne y el fcabo sudafricano con un tiempo de 17 días, 22 horas y 58 minutos, ya que el patrón del MACIF Santé Prévoyance tardó en esta edición 1 día, 4 horas y 45 minutos más en recorrer la misma distancia, lo que sigue siendo 3 días y 13 horas y 55 minutos más rápido que en la última edición, hace cuatro años. Esperamos no te pierdas con tanto número, queda simplemente para la historia. La realidad es que, a estas alturas, los solitarios y sus Imocas están dando una vuelta al mundo bastante rápida, a pesar de la lentitud en las primeras millas.

Una virada recta, pero no tan directa

Tras una serie de trasluchadas, se engancharon al yren de una nueve baja que les empujará directamente al borde de la Zona de Exclusión Ártica (AEZ), al menos hasta las islas Marion y Príncipe Eduardo. Un tramo al borfde de esa baja que sin duda es propicio para la velocidad.
Vamos a tener que encontrar el ángulo correcto, la vela adecuada y el posicionamiento correcto», confirmó Thomas Ruyant (VULNERABLE), que está haciendo un poco de equilibrismo en este momento, ya que el viento sigue siendo inestable, con algunos pasajes de viento fuerte. «En realidad estamos en una virada que no es tan fácil. El barco no es fácil de trimar. El ritmo es bastante frenético. La proximidad de los barcos también hace que nadie quiera abandonar. Es intenso, pero también bastante cansado», relata el regatista del norte de Francia, que vuelve a promediar casi 20 nudos.
Mientras que otros, como Sam Davies (Initiatives-Cœur) y Boris Herrmann (Malizia - Seaexplorer), se quedan rezagados, Justine Mettraux (TeamWork - Groupe Snef) y Clarisse Crémer (L'Occitane en Provence), están luchando en los vientos ligeros de Santa Helena y es probable que tengan un comienzo mucho más difícil en el Océano Índico. «Teníamos la impresión de que el cabo de Buena Esperanza estaba a la vuelta de la esquina, pero se está tomando su tiempo. Es increíble hacer una pequeña parada antes de entrar en el meollo de la cuestión», señala Clarisse Crémer, que ha tenido una noche complicada con poco viento, pero que sigue siendo, como siempre, especialmente optimista. «Debería volver pronto a sotavento con vientos que no son demasiado fuertes. Sin embargo, estamos llegando a zonas donde los archivos son menos precisos. No es como en el Atlántico Norte, donde se puede confiar en ellos. Es más difícil jugar con la delicadeza de la trayectoria. Siempre es una mezcla de suerte y cálculo». Ya estamos otra vez.