El We Are Water afronta la encrucijada de Santa Helena
Tras el desgaste sufrido durante los últimos días, la tripulación del We Are Water se recupera de los esfuerzos realizados y prepara a conciencia el barco con la vista puesta en los mares del sur. Todo ello gracias a las condiciones actuales de navegación, una ceñida abierta con viento estable del SE y un mar suave
La compresión de la flota provocada por una ralentización de los barcos de cabeza y la incertidumbre sobre cuál será la estrategia acertada respecto a cómo abordar el anticiclón de Santa Helena, está dando más emoción, si cabe, a la regata. En este aspecto, el We Are Water mantiene su pugna particular con el Forum Marítim Català y el Central Lechera Asturiana, 120 millas por detrás y 84 millas por delante del We Are Water, respectivamente.
Actualmente, la flota navega hacia al sur en busca de los vientos del Oeste que les permitan dirigirse a la puerta del Atlántico, dejando antes la isla de Gough a estribor. Las condiciones de temperatura y humedad de estas latitudes agudizan el ingenio de la tripulación. Sobre estas condiciones, Jaume Mumbrú comenta: “el calor es tan intenso en el interior del barco que nos hemos visto obligados a montar un "aire acondicionado". Con un trozo de tubo flexible que llevamos de repuesto aprovechamos los más de 20 nudos de viento aparente del exterior para ventilar la cabina. Qué buen invento!”.
Preguntado sobre la vida a bordo y la importancia de gestionar un recurso tan importante como es el agua, Cali Sanmartí cuenta que, “nos basta con los 6-7 litros de agua que nos proporciona la potabilizadora al día. Aprovechamos el primer litro y medio que contiene algo de sal para cocinar y el resto para beber. Para la ducha? No hay nada como un buen chubasco”.
Al hacer balance de los primeros 20 días de regata, los tripulantes del We Are Water se muestran satisfechos, "creemos tener el barco en las condiciones adecuadas para afrontar la parte más difícil de esta vuelta al mundo", explica Sanmartí