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Resumen Mesa Redonda del pasado día 18 de enero en el Ateneo de Madrid sobre El MUSEO DEL EJÉRCITO.

El pasado día 18 en el Ateneo a una conferencia a cargo de la Asociación de Amigos del Museo del Ejército, organizada por la Agrupación "El mar y sus ciencias, Antonio de Ulloa".

El panel de conferenciantes lo formaban:
- Juan M. Gracia Menocal, 1º vocal del Ateneo, presidente de la Agrupación organizadora
- José Durán, ingeniero, presidente de la Asociación, y miembro (como yo) de la Real Academia "Asamblea Amistosa y literaria" (fundada por Jorge Juan)
- Juan Antonio Sánchez, general de Brigada (R), miembro de la Asamblea Amistosa, y ex-director del Museo
- Armando Marchante, general de Birgada (R), historiador
- Gabriel Portal, Almirante, presidente de la Fundación Philippe Cousteau

Os incluyo lo que allí se trató.
La situación del Museo, irremediable. Se ha perdido para siempre el mejor museo europeo de historia militar (como dijeron, citando a personalidades en la materia, varios asistentes).
¿La causa?. ya la dijo el general Marchante al empezar su intervención: "el expolio se había producido por la ignorancia, la desinformación, la soberbia, y también la mala fe de nuestros politícos.

...De verdad que este sistema político y los parásitos que "lo lideran" (o que "se oponen") nos llevan a la ruina más absoluta.... Pero no os preocupéis. Aunque destruyan mucho, ellos se contentarán con las migajas (¿y para nosotros, qué?).

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Saludos,

Juan R. Lozano
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1) Historia del Museo

Lo creó Godoy en 1803, y "era" (porque ya no existe) el más antiguo de España después del Museo de Ciencias Naturales (más antiguo que El Prado, que se abrió más de 30 años después).

Su primera ubicación fue en el Parque Central de Artillería (Palacio de Monteleón, Madrid), y contaba, principalmente, con los fondos de Artillería (allí se depositaban una copia de cada modelo de arma nueva que se fabricaba). Fue allí donde el personal y fondos del Museo entraron en combate contra Napoleón, el 2 de Mayo de 1808, bajo el mando de los capitanes de Artillería Daoiz y Velarde, y del Teniente de Infantería Ruiz.
En 1815 se trasladó al palacio de Buenavista (sede actual del Cuartel General del Ejército), e incorporó nuevas colecciones; la principal, las 2.000 banderas (aproximadamente) que eran patrimonio Real. Y siguió recibiendo colecciones y piezas.

En tiempos de la regencia de Espartero, éste reclamó para su uso ese palacio, y el museo se trasladó al palacio del Buen Retiro, que ha sido su sede ininterrumpida hasta ahora.

Fue incorporando fondos, tanto aislados como colecciones. Entre las más importantes:

- la espada Tizona del Cid (fabricada, según estudios del Instituto de Mineralogía, en Córdoba entre el 1025 y el 1040). Fue utilizada por los reyes castellanos para jurar los fueros, hasta que los Reyes Católicos se la donaron al marqués de Falces. Uno de sus últimos descendientes la prestó al Museo tras la guerra civil y, ante el riesgo que corría con el traslado, y tras la negativa del Mº de Defensa a comprarla, se la ha vendido a la Junta de Castilla y León, para que esta espada tizona se exhiba en Burgos. En el Museo Arqueológico.

- La colección de armaduras de combate (S. XIV a XVII) del duque de Medinaceli, que depositó en 1936, ante el riesgo de que fuera destrozada por las milicias "demócratas" de retaguardia del Frente Popular. Según tengo entendido, se ha retirado y depositado en ¿la Real Armería?.

2) Historia del palacio del Buen Retiro

Lo mandó construir el Conde-Duque de Olivares al comienzo del reinado de Felipe IV (hacia 1623). El rey -muy joven entonces- quería ir a combatir con los Tercios a Flandes, y el Conde-Duque, viendo que peligraba su privanza, le convenció que se quedara en Madrid, construyéndole un edificio (en terrenos, en parte, propiedad del mismo Conde-Duque) para que disfrutara de un "buen retiro", en un lugar más confortable que el viejo palacio real. Allí, en el salón principal (primero Salón Dorado y luego Salón de Reinos) se interpretaban comedias. Y allí se trasladaba el rey, aficionado a comedias y comediantas.

Este salón (que es muy importante, para entender lo que ha ocurrido ahora con el Museo), estaba decorado con pinturas de Velázquez y otros pintores de su época, españoles e italianos; entre ellas, el famoso cuadro de "Las Lanzas" (o de "Rendición de Bredá").

Los Borbones prácticamente no le dieron utilidad. Napoleón lo destruyó, volando tres de sus cuatro torretas. Cuatro de sus cuadros marcharon a París, como botín de los franceses, y sólo se pudieron retornar trers (el cuarto quedó irrecuperable).

Y cuando, hacia 1842, el Museo se trasladó, vivían unos "okupas" en el piso superior. Costó mucho acondicionarlo para Museo, pero se consiguió.

3) Conatos de traslado del Museo (casi todos, al alcázar de Toledo)

El primero conocido, fue en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera. Se trasladaron algunos fondos, pero el General Berenguer dio contraorden, y retornaron a Madrid al poco tiempo (1-2 años).

El segundo, con Franco. El Caudillo recibió una propuesta. Pidió dictamen al Patronato del Alcázar, y dictamino la imposibilidad del traslado “por el riesgo que corren sus fondos en el traslado” por lo que se paró.

El tercero, aparece en 1985. Los profesores Elliot y Brown, de la Universidad de Yale, hacen un estudio profundo sobre el reinado de Felipe IV y dictaminan que el "Salón del Reino" puede reconstruirse a su estado original. No citan, entre sus fuentes, los escritos de Ceá Bermúdez (principio del s.XIX) ni uno, el más completo, realizado a principios del s-XX por D. Elías Tormo. Ambos demostraban que era imposible restaurar dicho salón a un estado cercano al original. ¿Sería por la soberbia anglosajona ante estudios de españoles?.

El papanatismo hispánico hizo que el gobierno González y las fuerzas vivas de la época, haciendo caso al estudio. Hacia 1990, se habló del traslado del Museo a Toledo, pero no se hizo nada.

Aznar sí tomó esa decisión en el 24 de Julio de 1996, en visita al Museo dijo “vengo a comunicarles que este museo se va al Alcázar de Toledo” (sin consultar a Reales Academias ni a catedráticos de nivel reconocido).

Todas las Reales Academias más importantes (excepto la de Bellas Artes), dirigieron escritos a Presidencia de Gobierno manifestando su discrepancia con la decisión, pero fue inútil.

Lo que añado no es de la conferencia de ayer. El entonces director del Museo (y compañero mío en otras asociaciones), el general Juan Antonio Sánchez, ya había recibido por parte del ministro de Defensa, Eduardo Serra, preguntas del tipo de "¿no te parece que hay demasiado espacio dedicado a la guerra civil y "hechos posteriores"?. Él le respondía: "Ministro, de las veintitantas salas, sólo una -y no de las grandes- está dedicada a eso". Cuando llegó el decreto, y le pidieron hacer algunas cosas que iban contra su honor, se negó, y le cesaron.

4) Acciones contra el traslado

Miembros de la Asociación de Amigos de los Museos militares crearon, ante la situación, una Asociación específica de defensa del Museo del Ejército, interviniendo -o protagonizando- las siguientes acciones.

- Acuerdos tomados por el pleno del Ayuntamiento de Madrid contra el traslado, en tres plenos en tiempos del alcalde Álvarez del Manzano. El impulsor de estas decisiones fue el socialista Sr. Simancas, que intentó otras acciones.

- Propuesta del Ayuntamiento de Madrid al Ministerio de Defensa, para trasladar el museo al Cuartel del Conde –Duque, así como al Matadero, recientemente restaurados. Negativa del Gobierno de turno (¿había otros intereses ocultos?; ¿se quería borrar toda huella del asedio del Alcázar de Toledo, al tiempo que se aprovechaba para no exhibir fondos relativos a la guerra civil y franquismo?).

- Carta a la UNESCO, explicando el daño al conjunto arquitectónico, al decidir adosar el "bunker" de ampliación del Alcázar de Toledo. Esta decisión se tomó cuando se vio que el Alcázar no tenía espacio suficiente para el Museo, porque los dos pisos altos los había utilizado la Junta de la taifa de Castilla-La Mancha para su archivo y colección de esculturas, en tiempos de Bono quien, al inaugurarlo, declaró públicamente: "Por fin hemos tomado el Alcázar" (¿quiénes eran "hemos"?; ¿los que habían perdido la guerra, porque los ciudadanos de esa taifa siempre tuvieron el Alcázar).

- Respuesta de la UNESCO, invitándoles a París para que explicaran y argumentaran la situación. El director general de Patrimonio de la UNESCO fue a reunirse con ellos en su hotel, y les dedicó un día entero (el día siguiente). De aquello salió una decisión de la UNESCO de declarar a Toledo, en Abril de 2001, en situación de "cautela" (no recuerdo exactamente el término). Esta situación no se ha revocado, aunque tampoco ha ido a más (seguramente, por razones políticas).

- Acciones ante el Ministerio de Defensa, que les ha recibido varias veces, diciéndoles siempre que no hay nada que hacer.

- Recogida de firmas en su barrio. Al presentar 10.000 firmas en el Mº de Defensa, el actual presidente de la Asociación escuchó decir a uno de los funcionarios que las recibió (dirigiéndose a otro) "¿las tiramos a la basura ya, no?. El otro contestó: "no lo hagas, que te puedes meter en un follón". En la Presidencia del Gobierno se entregaron 6.000 firmas recogidas por la Asociación en apoyo de la “Permanencia en Madrid del Museo del Ejército” en Marzo de 2001.

- Intentos de visitar las obras del "bunquer", y el museo del Alcázar, y asistir a los trabajos de traslado. El Director del Museo se les ha impedido.

5) El presupuesto

Alguien preguntó, al final, cuánto había costado el traslado. Se le respondió que se presupuestaron en 1997 de 4.5000 millones de pesetas, pero que por información indirecta (no les dejan acceder a las cuentas) saben que puede haber superado ya los 20.000 millones.

La razón está en los imprevistos, como la construcción del bunker. No sólo por su coste, sino porque Toledo, como Roma, es una ciudad muy complicada a la hora de excavar, porque salen restos antiguos, que hay que proteger. En la excavación del bunker se han encontrado restos arqueológicos valiosos según el Ministerio de Cultura a proteger datados de los siglos VII al XIV.

6) Colecciones que ya no se expondrán

Entre otras:

- Las 2.000 banderas fueron restauradas parcialmente (una restauración completa de cada una habría costado unos 6.000 Euros, y no había presupuesto), colocadas en bateas cerradas (hacia 1997), y guardadas en otro lugar (lo difjeron, pero no lo recuerdo), sólo accesible a investigadores autorizados.

- (posiblemente) La colección de armaduras de combate (que no de parada) del Duque de Medinaceli.

- Las armas de fuego portátiles. Una colección de más de 7.000 piezas, catalogadas, expuestas y explicadas por un compañero mío de otra asociación, (reconocido como uno de los máximos expertos en armas de fuego de avancarga de Europa, y el mayor especialista en España, presente en la conferencia) quedarán reducidas a unas 250, perdiéndose toda la perspectiva histórica de su desarrollo. Debo añadir que este especialista dedicó al Museo, de forma altruista, muchísimo tiempo. Esto me hace reflexionar si merece la pena ceder colecciones particulares a instituciones españolas, o es mejor, a nuestra muerte, cederlas a alguna institución del Reino Unido.

- Relación de fondos que se han dispersado por diferentes museos y edificios oficiales (SÓLO entre 2008 y 2009; relación impresa disponible para el que quisiera una copia).

Han ido a parar a:
- Ciudad Universitaria de Madrid
- Diputación de Cádiz
- Mando de Artillería Antiaérea de Fuencarral (Madrid)
- Regimiento 82 de Agoncillo (Rioja)
- Brigada Acorazada (El Goloso, Madrid)
- Guardia Real (El Pardo, Madrid)
- Museo Histórico Militar de Valencia
- Escuela de Guerra del ET (Madrid)
- IGCM (Madrid)
- Ayuntamiento de Bailén (Jaén)
- Ayuntamiento de Palencia
- Academia de Ingenieros (Hoyos de Manzanares, Madrid)
- Museo de la Academia General Militar (Zaragoza)
- Mando de Artillería de Campaña (S. Andrés de Rabanedo, León)
- Base militar General Penacho (Bótoa, Badajoz)
- Parroquia castrense de la Dehesa
- Museo provincial de Pontevedra
- Museo Histórico militar de Burgos
- Estado Mayor de la Defensa (Madrid)
- Ayuntamiento de Andújar (Jaén)
- Facultad de Informática y Comunicaciones (Univ. Complutense, Madrid)
- Museo diocesano y catedralicio de Ciudad Rodrigo (Salamanca)
- Regto Caballería Pavía, nº 4 (Zaragoza)
- Patronato del Alcázar de Segovia.

Además, se comentó que, habiendo prestado la maqueta de la Ciudad Universitaria en la guerra civil para una exposición, al terminar ésta e intentar devolver la pieza, el Ministerio de defensa les indicó que "podían quedársela". Ahora está en la Universidad Complutense (Madrid).

Después de todo lo anterior, se entiende por qué el Presidente de dicha Asociación habla de "expolio", pero lo hace con la Ley en la mano. Porque la Ley de Protección del Patrimonio Histórico, de 1985, define como "expolio" de dicho patrimonio (entre otras situaciones), cualquier intento de dispersar piezas que, por ello, atente contra la unidad histórica de un determinado período o lugar.

7) El final. Las preguntas

Dado lo avanzado de la hora, el moderador pidió que las preguntas fueran breves, y manifestó que no había lugar a réplica, por la misma razón.

7.1- El primero que pidió el micrófono, y que se identificó como Sr. Borrego, siendo coronel (supongo que era el apellido; no se oía bien desde donde yo estaba), en vez de preguntar se pasó más de cinco minutos diciendo que, al oir lo de "expolio", pensaba que se iba a hablar del expolio napoleónico, que era el úncio que había existido. El Presidente le contestó volviendo a leer la definición de expolio, según la Ley. El moderador le pidió que hiciera la pregunta de una vez, o que cediera el micrófono a otros, pero él persistió, con total desprecio hacia el auditorio, que empezó a pedir que se fuera, y a aplaudir muy fuerte para que no se le pudiera oir.

Este coronel les echó en cara que no se había dirigido al Ministerio ni al Museo, pues se les habría facilitado la información adecuada. El presidente volvió a citar las acciones y la callada por respuesta que habían recibido. Como no terminaba de preguntar nada, se le pidió el micrófono y, al negarse, el que estaba sentado detrás de él, un homre muy corpulento que se identificó como sargento (yo creo que debía ser de la Legión) intentó quitarle el micrófono para dárselo al bedel. Después de un forcejeo, al final cedió el susodicho coronel. Había estado disponiendo de nuestro tiempo durante más de 10 minutos.

Yo me hice las siguientes reflexiones: estaba sentado en el centro del auditorio, y pidió la intervención en primer lugar. Esto me recordó la forma en que los estudiantes de izquierdas, en los años 60, se colocaban para controlar las asambleas: había tres disposiciones en la sala: en X, en U, o central, en función de sus consignas. No pude evitar recordar esto, al ver la clara intención de este personaje por reventar el acto (¿quién le mandó allí? ¿o era una "casualidad"?).

7.2- Después de otros, tomó la palabra el periodista Alfonso Arteseros (director del programa de Intereconomía "España en la Memoria"). Dijo que no pensaba intervenir pero que, debido a la actitud del anterior, quería hacerlo como ciudadano, y no como periodista. Dijo: "cuando yo era niño, mi padre me llevaba a ese museo, que me permitía conocer una faceta de nuestra historia: la militar. Y yo disfrutaba allí. Ahora ya no puedo acompañar a mi hijo, ni podré enseñárselo a mis nietos, porque ya no existe".

7.3- Una señora que se identificó como hija de un capitán de Ingenieros, asesinado en Madrid en Agosto de 1936, dijo: "allí había una placa con el nombre de mi padre y sus compañeros caídos. Ha desaparecido. ¿No es eso un expolio?" (dirigiéndose al tal coronel Borrego).

7.4- Hubo otras intervenciones, y las dos últimas fueron:

- Un catedrático de la Complutense (no recuerdo el nombre), que dijo que un alto funcionario británico, después de visitar el Museo, le dijo: "Después de ver museos militares por toda Europa, me doy cuenta que, a través de ellos, sólo podemos ver los imperios británico y español; el resto de los países, como tales, no disponen de un compendio".
El director del Museo del "Ejército inglés" (sic; yo creo que se refería al Imperial War Museum) le había dicho recientemente: "estoy muy contento porque mi museo ha pasado a ser el primer museo del mundo de historia militar, después de que vdes hayan acabado con el que tenían".

- Otra persona, conocido mío, de nombre Eustaquio (no conozco su apellido, pero sí que fue el jefe de la compañía de automóviles del Caudillo) sólo preguntó: "¿qué se puede hacer ahora?; ¿cómo podemos tratar de enmendar esto?". Surgieron algunas propuestas, que la Asociación se comprometió a estudiar (manifestaciones, inserciones en Internet y periódicos, ...).

8) Los fondos a exponer

Según el ya citado Coronel Borrego, había casi 38.000 piezas.
José Durán estimó en unas 4.500 las que podrán exponerse en el "nuevo" Museo (si alguna vez se abre).