Un grupo ecologista se opone a la comercialización de la carne del siluro
El Grupo Ecologista de Tarragona y el Ebro - Ecologistas en Acción de Cataluña (GETE-EeAC) se ha opuesto hoy a la comercialización de la carne del siluro, un pescado procedente del norte y este de Europa que fue introducido en el río Ebro por ciudadanos alemanes aficionados a la pesca deportiva.
En un comunicado, los ecologistas lamentan "la concesión otorgada por la Generalitat a la comercialización de la carne de siluro a través de una empresa rumana que la exportará a Rumanía, país donde esta carne es muy apreciada".
Según la entidad medioambientalista, esta acción "podría repercutir gravemente en la salud humana", ya que el siluro, una especie que puede llegar a tener un tamaño mayor al de una persona adulta, "está en la parte más alta de la cadena trófica, lo que lo convierte en una especie altamente contaminada".
En este sentido, la nota señala que un estudio hecho por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre la contaminación río abajo del pantano de Flix detectó "elevados niveles de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) y metales pesados, en especial el mercurio, en esta especie".
Una de las recomendaciones que se desprende del informe es la prohibición del consumo de carne de siluro, ya que los COP y los metales pesados actúan como disruptores hormonales y pueden afectar al desarrollo, al sistema endocrino y al reproductor, mientras que el mercurio es un potente neurotóxico, han añadido los ecologistas.
Por ello, han advertido que la Generalitat podría incurrir en "una grave irresponsabilidad" si permite su comercialización.
Según estas fuentes, ya se han pescado y almacenado en frío más de 3.000 toneladas de siluro, a la espera de su traslado a Rumanía.
Hasta hace poco tiempo, los pescadores no se comían este pescado, sino que lo destruían o devolvían al agua, pero la llegada de personas de Europa del Este a la zona ha propiciado la pesca del siluro para consumo propio y como fuente barata de proteínas, por ello "se tiene interés en su comercialización".
Al margen de los efectos nocivos para la salud, los ecologistas han lamentado que esta especie se ha convertido en una gran plaga, que "ha transformado radicalmente la composición de la fauna ictícola del río Ebro, debido a su naturaleza carnívora y altamente reproductora, y al hecho de no contar con depredadores naturales".
Los ecologistas pedirán al Síndic de Greuges que actúe de oficio ante la posibilidad de que la Generalitat autorice la comercialización de los siluros del río Ebro contaminados.