Por sus escamas los conoceréis
¿Sabía que la edad de un pez puede determinarse por el número de anillos de sus... escamas? Basta una sola para conocer los años que tiene, por ejemplo, una trucha. La cantidad de escamas es constante en los peces, con independencia de la fase vital en que se encuentren, pero cada una de estas laminillas va creciendo a lo largo de su vida en forma anular. Los anillos más espaciados corresponden a periodos de mayor desarrollo (por ejemplo, durante el verano), mientras que los que aparecen muy juntos indican peores condiciones (invierno).
Como ocurre con los árboles, el recuento de los anillos nos indicará la edad del animal. Para hacerlo, es necesario observar la escama a través de una lupa. Esta es una de las técnicas empleadas en los muestreos piscícolas que se llevan a cabo en los ríos de nuestra región. Cada año técnicos de Medio Ambiente realizan estudios sobre las poblaciones de trucha, su situación actual y evolución, que sirven de base para la gestión de la pesca.
Puntos de muestreo
Según explica Juan Martínez, responsable del programa de pesca de la Consejería de Turismo y Medio Ambiente, se ha establecido una red de puntos donde se realizan periódicamente los muestreos, para poder así comparar los datos obtenidos en distintos años. Los tramos de río que se eligen, de entre 60 y 80 metros de longitud, deben ser representativos de todos los ecosistemas presentes (rápidos, pozas y tablas), para asegurar un equilibrio entre peces de distintas edades, que prefieren uno u otro hábitat. También es necesario incluir zonas libres, vedados y cotos.
Una vez delimitado el tramo mediante redes, se procede a la pesca eléctrica. Para ello se emplea un aparato denominado 'martín pescador' que produce pequeñas descargas. Las de mayor intensidad atontan a los peces, mientras que las más débiles crean un campo eléctrico que, al ser detectado por el animal, le induce a situarse de cara a la fuente que energía y acercarse a ella.
Tras la captura, se procede a la toma de datos sobre peso y medida de cada uno de los ejemplares, a los que se extrae una escama, que contará a partir de entonces con un código de identificación. Luego, se depositan los peces en una cubeta con agua en condiciones adecuadas. «En todo este proceso se procura molestar al animal lo menos posible -indica Martínez-, no estresarlo y evitar el contacto excesivo con su piel para no dañar la mucosa que la recubre y le sirve de protección».
En cada tramo de río se realizan varias pasadas, empleando el mismo tiempo y recursos en la pesca eléctrica, aunque cada vez serán menores las capturas por quedar menos peces en el agua. El trabajo de campo suele durar entre hora y media y dos horas. Terminado el muestreo, se devuelven todos los ejemplares pescados al río.
Analizando los datos obtenidos en los muestreos (edad, peso y longitud) se realizan los estudios hidrobiológicos, en los que se establecen diversas variables: la estructura de la población, determinada por la densidad (número de individuos por hectárea) y la biomasa (peso por unidad de superficie); la talla media de los ejemplares en edad óptima de reproducción; y el alevinaje, o incorporación de nuevos peces a la población, entre otros parámetros.
A través de estas variables puede conocerse el estado de la población truchera en un río determinado y comparar su situación con la de otros años. Así, es fácil observar la evolución seguida y, según sea favorable o no, adoptar distintas medidas de gestión, entre ellas las que afectan a la pesca.
Poblaciones en declive. Causas
Los muestreos de trucha común vienen realizándose en La Rioja desde 1996. Comparando los datos en ellos obtenidos se observa un descenso bastante acusado de las poblaciones. Estos son algunos datos:*
Tipo tramo 96 01 02 Desc.
Vedado 2.415 2.260 1.750 22,6%
Acotado 1.482,9 1.086,4 710,9 34,6%
Libre 1.774,1 1.147,1 665,7 42,0%
Calificación de la densidad (ind./ha.)
Muy baja Menos de 500
Baja Entre 500 y 2.000
Media Entre 2.000 y 4.000
Alta Entre 4.000 y 6.000
Muy alta Más de 6.000
*Fuente: Consejería de Turismo y Medio Ambiente
Este descenso tiene diversas causas, entre las que destacan:
1. Regulación de los ríos (embalses): producen oscilaciones de caudal no naturales
2. R minicentrales eléctricas: alteran el caudal en ciertos tramos
3. Presión por pesca: crece la demanda, pesca sin muerte minoritaria
4. Contaminación de las aguas
5. Construcción de escolleras, defensas y ensanches de ríos sin atender a criterios biológicos