Operación rescate para salvar única ballena jorobada albina
Las autoridades australianas anunciaron ayer la puesta a punto de un dispositivo para proteger a Mingaloo , la única ballena jorobada albina conocida en el mundo y que el pasado sábado resultó herida al ser golpeada por una embarcación.
El ministro de Medio Ambiente del Estado de Queensland, Dean Wells, dijo a la emisora local ABC que en principio tienen previsto colocar un monitor de radio al cetáceo para seguir sus movimientos.
La decisión fue adoptada después de que un barco colisionara accidentalmente contra la ballena blanca en aguas de Townsville, en el noroeste de Australia. Tras el accidente comenzó un operativo para buscar a la ballena jorobada, la cual fue encontrada con vida el martes en aguas próximas a las Islas Palm.
Sin embargo, Wells manifestó su preocupación por el incierto estado de la ballena albina y por el grado de sus heridas Mingaloo fue avistada a principios de los noventa en las costas del noreste australiano cuando realizaba el tradicional viaje migratorio entre las aguas antárticas y subtropicales.
Coincidiendo con el accidente, el Gobierno australiano informó el martes que los santuarios para ballenas en el Pacífico Sur suman ya un área de 13,5 millones de kilómetros cuadrados.
Hasta la fecha, las ballenas disponen de un corredor de unos 8.000 kilómetros desde Australia hasta la zona más oriental de la Polinesia Francesa, aunque el objetivo regional es alcanzar los 20 millones de kilómetros cuadrados para 2008, agregó Kemp.
La UE, contra la caza
El director de Política Exterior y Mercados pesqueros de la Comisión Europea, César Debén, considera "injustificable" la reanudación de capturas de ballenas por parte de Islandia. Debén indicó que la Comisión no puede adoptar ninguna medida jurídica contra Islandia por esta cuestión y que la única salida es "la negociación diplomática". En este sentido recordó que el comisario de Pesca, Franz Fischler acudió a Rejkiavik para abordar este problema, con escaso resultado. A César Debén le parece una pena" que Islandia haya tomado esta decisión en un momento "totalmente inoportuno" y señaló que la situación de este país es muy diferente a la de Groenlandia, cuyas poblaciones autóctonas han cazado tradicionalmente estos grandes mamíferos marinos para su propia alimentación.