La tenca, un pez para disfrutar
Su picada suave, casi imperceptible, su lucha en el agua, que en los ejemplares grandes resulta espectacular, y su interés gastronómico la convierten en un pez muy buscado.
ara muchos pescadores la tenca resulta un pez poco conocido, pero los aficionados a la pesca de ciprínidos la consideran apasionante. Su picada suave, casi imperceptible, su lucha en el agua, que en los ejemplares grandes resulta espectacular y su interés gastronómico la convierten en uno de los peces más buscados y no solamente en Extremadura y Salamanca, también en Zamora y en León. Habita en algunas lagunas y charcas junto con los tramos medios y bajos de los ríos. Prefiere el agua lenta con abundante vegetación y fondos blandos. En los últimos tiempos la afición por la tenca ha ido en aumento a la vez que sus poblaciones han descendido considerablemente pese a su adaptación y a su enorme capacidad reproductora.
El cuerpo de la tenca es relativamente corto y bastante alto, aunque pueden encontrarse ejemplares de 40-50 centímetros de longitud que superan los tres kilos de peso. Su color verde con reflejos dorados y sus ojos pequeños, de un rojo intenso, la convierten en un pez muy vistoso. La piel contiene pequeñas escamas recubiertas de una gruesa mucuosa a la que se atribuyen propiedades medicinales. Vive muy cerca del fondo y prefiere, si dispone de ellas, las aguas con una cierta profundidad. Su alimentación es omnívora y, aunque prefiere las larvas de insectos y pequeños crustáceos, también se alimenta de semillas. Su aleta caudal grande la convierte en una ágil nadadora que sortea con habilidad la vegetación subacuática. El hábitat característico lo constituyen los fondos de estanques y charcas de agua dulce con vegetación abundante aunque también habita algunos ríos, especialmente en los remansos y mangas. Tiene una gran tolerancia a concentraciones bajas de oxígeno, por lo que es capaz de resistir fuera del agua durante varias horas. También soporta temperaturas altas y bajas, entrando en hibernación o letargo pasajero en ambos casos.
Es un animal muy prolífico ya que, en condiciones favorables, la hembra pone unos 200.000 huevos por kilo de peso que van depositando sobre plantas acuáticas en varias desovas entre mayo y julio. Sin embargo, y por razones poco conocidas, la densidad de tencas ha disminuido de forma notable en los últimos años, hecho éste que preocupa seriamente, especialmente en Extremadura donde existe una auténtica pasión por este pez hasta el punto de que el gobierno extremeño promocione rutas gastronómicas, fiestas, cotos de tenca y disponga de una piscifactoría para efectuar repoblaciones. El alto precio que alcanza en el mercado, entre nueve y doce euros el kilo, ha hecho que la investigación para la cría en cautividad se esté desarrollando en varias universidades, entre las que se encuentra la cátedra de producción animal de veterinaria en León, si bien el porcentaje de alevines que se logra en cautividad es mínimo.
La pesca deportiva de las tencas suele realizarse, donde ello está permitido, con un cebado previo de las aguas. Engodos aromáticos, harinas, maíz o asticot son los cebos más utilizados. La pesca se realiza con flotador, a la inglesa o a la boloñesa, depositando suavemente el cebo en el fondo. La picada se produce de forma muy suave y en la mayoría de las ocasiones se limita a «tentar» o «pasear» el flotador. Sin embargo, y una vez clavado el pez, la lucha es contundente, similar a la de la carpa o el barbo. Además la querencia de la tenca es la de nadar hacia el fondo buscando la vegetación, por lo que en muchas ocasiones hay que luchar de poder a poder, aun con sedales bastante finos. Una vez fuera del agua puede resistir bastante tiempo viva, pero se acostumbra a depositarla en un redejón hasta el momento de abandonar la pesca. En Castilla y León la talla mínima autorizada es de quince cms, aunque parecería mas lógico que fuese de dieciocho al igual que la carpa. También existe cupo de capturas, doce ejemplares por pescador y día que bien podrían revisarse a la baja para preservar su conservación.
Desde el punto de vista gastronómico puede resultar exquisita, incluso superior a la trucha de cursos medios. Hay innumerables recetas para cocinar las tencas, aunque tal vez la más común sea la de presentarlas bien fritas en pequeñas rodajas y con abundante aceite añadiendo ajo picado y una guindilla. El lugar ideal para degustarlas es la bodega, bien regadas con vino prieto picudo clarete y de aguja.