Casi mil ballenas por día se ahogan en redes de pesca
Casi 1.000 ballenas, delfines y marsopas se ahogan a diario ale quedar atrapadas en redes de pesca y en otros equipos, afirman científicos en lo que parece ser el primer estudio mundial sobre el problema.
Cada año, según los investigadores, 308.000 de los mamíferos marinos fallecen accidentalmente en las capturas de los pescadores.
Existen más de 80 especies conocidas en conjunto como cetáceos, o mamíferos marinos similares a los peces. Van desde las marsopas, que pesan 45 kilos, hasta la ballena azul, la criatura más grande del mundo con un peso de más de 120 toneladas. Muchas especies están en peligro de extinción debido a siglos de caza excesiva.
El nuevo estudio, realizado por biólogos estadounidenses y escoceses, sugiere que las capturas accidentales en la industria pesquera podrían ser la mayor amenaza inmediata para la supervivencia de estos animales, incluso más que los choques con barcos y la contaminación.
El reporte fue difundido por el World Wildlife Fund, un grupo de defensa de los animales con sede en Washington, mientras que representantes gubernamentales se reunirán en Berlín para la 55a Comisión Internacional anual de Pesca de Ballenas (IWC, por sus siglas en inglés), la cual comienza el lunes.
Las autoridades de la industria pesquera no respondieron a solicitudes de entrevista.
"Este nivel de captura accidental sin duda está disminuyendo e interrumpiendo el crecimiento de muchas poblaciones de ballenas, delfines y marsopas", dijo Andy Read, principal investigador del estudio, del Laboratorio Marino de la Universidad Duke en Beaufort, Carolina del Norte. "Si no se hace nada se perderán varias especies en las próximas décadas".
Investigadores marinos que no contribuyeron al estudio dijeron que los nuevos cálculos de mortandad son "muy preocupantes".
"Hay una necesidad de capturar productos del mar", dijo Michael Moore del Instituto Oceanográfico de Woods Hole, ubicado en Cape Cod, Massachusetts. "Deberíamos poder alimentar al planeta sin provocar la extinción de las especies no comestibles. Pero no estoy seguro de que podamos".
Desde el siglo XIX, la pesca comercial de ballenas convirtió a millones de ballenas en lubricantes, cosméticos, margarina y alimentos. El IWC prohibió gran parte de la pesca de ballenas en la década de 1980.
Noruega ignora la prohibición, mientras que Japón captura casi 700 ballenas al año amparado por una controversial excepción por investigación emitida por el IWC. A algunas culturas autóctonas se les permite realizar cacerías restringidas estrictamente.