La salud viene del fondo del mar
Son el jardín marino, la otra huerta humana que cosecha salud en forma de sales minerales, proteínas de buena calidad o vitaminas. Las algas se revelan como fuentes inagotables de oxígeno, desintoxicantes, ayudan a combatir el envejecimiento, reducen el colesterol, normalizan la tensión y son un recurso en las dietas adelgazantes y en el menú de los vegetarianos.
Su uso en la alimentación no es cosa de ayer, al fin y al cabo, las algas pueden considerarse vegetales verdes, porque contienen clorofila, además de otros pigmentos, según los tipos. Las algas verdes agrupan, entre otras, la llamada lechuga de mar. Es la especie más común y se consume cruda en ensalada. Las algas pardas son las más utilizadas en la alimentación humana (sobre todo la iziki, el kombu, la wakame y la encina marina o fuco), ricas en carotinoides, sustancia de donde nuestro organismo toma la vitamina A. Para obtener una buena ración de hierro se recurre a las algas rojas, como la nori, la carragenina y dulse.
Y otro tipo son las llamadas algas verde-azules entre las que se encuentra la espirulina, la estrella de las algas por su elevado contenido proteínico, alrededor del 60 por ciento de su peso.Incluye casi todos los aminoácidos lo que la hace nutritiva y energética. Contiene además la vitamina B12, alojada en la carne y en los alimentos de origen vegetal, convirtiendo la espirulina en un complemento para la dieta vegetariana. Al igual que el resto de las algas, tiene un contenido calórico muy bajo y como aporta hierro, fósforo, calcio, manganeso, zinc, potasio y numerosos oligoelementos es útil en las dietas de adelgazamiento. También es conocido su uso como cosmético aplicada en el baño o como mascarilla.
De su gran valor nutritivo se deriva su valor comercial. La espirulina se vende en comprimidos y se cultiva en tinas que reproducen su medioambiente ideal. Esta o cualquier otra alga se empieza a ver ya en las estanterías de los supermercados (en polvo o en hojas) y los muchos restaurantes, orientales en su mayoría, añaden algas a sus platos. Pero consumir algas, contra ciertos mitos, no significa perder peso. La realidad es que suavizan y mejoran el aspecto de la piel. Producen sensación de saciedad y actúan contra el estreñimiento. Como condimento o plato único, las algas garantizan una buena ración de salud.