14 de noviembre, 13.00

Los asistentes ya suman 29. El incremento no se traduce en mayor información sobre el barco, ni en mayor debate técnico sobre su destino. Sobre el presente y el futuro del Prestige sólo habla López-Sors: "El director general explica que un oficial de Marina Mercante subirá al barco con el objetivo de arrancar los motores, lo cual es posible porque el combustible de puesta en marcha del motor es gasóleo". Pero el oficial que ha subido a bordo, Serafín Díaz, no lo ve tan fácil. A las 14.46 llama al capitán marítimo para comunicarle que no hay manera de arrancar la máquina. Este dato, acaso posterior a la reunión, no tiene reflejo en el acta.

Por contra, sí queda constancia del aparente dilema de López-Sors: El director general de Marina Mercante comunica a los presentes que en ese momento las dos alternativas que existen son:

"1º/ Alejar el buque tanto como sea posible de la costa española poniendo la máquina en marcha.

2º/ O bien mantenerlo cerca controlándolo con el riesgo que esto supone para un nuevo vertido".

Es el único reflejo en todas las actas de que Fomento manejó una alternativa al alejamiento del buque. Pero no hay rastro de la secuencia para la toma de decisiones del Cecop descrita por Fomento en su informe:

- Evaluación de la situación a la vista de la información obtenida.

- Consideración de las posibles alternativas para controlar la situación.

Dicho informe ensalza que "todas las decisiones adoptadas se apoyaron en la cualificación técnica de los miembros de dicho organismo y en todas las autoridades, funcionarios y demás personas que fueron asesorando al citado organismo rector, bien desde la Dirección General de Madrid, bien desde Sasemar, bien desde las tripulaciones de los buques y aeronaves intervinientes, bien desde los distintos sectores de la Administración autonómica que participaron en las reuniones". Nunca hubo reflejo en las actas de tal debate técnico. Si hubo alguna discusión sobre alternativas para el Prestige fue en un escenario distinto al organismo creado para neutralizar su amenaza. En el Cecop, el debate llegaba hecho. López-Sors comunicaba decisiones o dudas. Nadie cuestionaba sus decisiones, ni le exigía justificarlas técnicamente.