Un pez invasor se extiende por el Delta del Ebro
El pez dojo (Misgurnus anguillicaudatus), un pequeño ejemplar procedente del este de Asia nada por las aguas del Delta del Ebro y se ha adaptado perfectamente al entorno, hasta tal punto que ya son miles los ejemplares que habitan en este espacio protegido.
Una veintena de especies de peces exóticos habita en los ríos españoles. La llegada ha sido de lo más dispar, desde introducciones para disponer de especies para la pesca hasta sueltas ilegales o accidentales de peces de acuarios, esta es la procedencia de esta especie Los ejemplares de pez dojo aparecieron en el entorno de las instalaciones de mantenimiento de centros de acuarios, por lo que todo apunta a que proceden de allí.
La mayor parte de los peces de acuario que se sueltan en ríos no llegan a procrear porque son de climas tropicales, pero este pez se ha expandido con éxito, explica Miguel Clavero, investigador del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña y autor principal del estudio publicado en Biological Invansions.
Lagunas de Italia y Alemania
En Europa el pez dojo ha aparecido en lagunas y lagos de Italia y Alemania, pero siempre en poblaciones aisladas, por lo que la del Delta del Ebro es la primera que se ha establecido y crecido en un río, expone Clavero.
El pez dojo, de unos 20 centímetros de largo, come principalmente invertebrados, como caracoles y larvas de insectos, y en principio no es depredador de otros peces, por lo que no se han detectado impactos en otras especies. La principal alteración es la competencia en hábitat y alimentos con especies similares como el pez fraile (Salaria fluviatilis) y la colmilleja (Cobitis paludica).
La erradicación del pez dojo es prácticamente imposible, según Clavero, ya que la extensión que ha ocupado es bastante amplia. Además, existe la posibilidad de que pase a otras cuencas, como ha ocurrido con especies como Pseudorasbora parva y Alburnus alburnus. La primera se expandió por el Delta del Ebro y saltó al río Ter, y la segunda se introdujo en las cuencas catalanas y ya están en muchas cuencas de todo el país. La única esperanza es la salinidad, ya que el dojo sólo ocupa aguas con baja concentración de sal.