Oceana reclama protección real para más de 400 especies marinas europeas
La Directiva Hábitats, la herramienta legislativa más importante de la UE en materia medioambiental, sólo protege 16 especies marinas o grupos de ellas
En el informe “Especies amenazadas”, Oceana demuestra el olvido de especies marinas en los convenios internacionales y la escasez de conocimientos científicos sobre la mayoría de organismos
Oceana pide la protección eficaz para más de 400 especies marinas europeas a través de su inclusión en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y en la Directiva Hábitats, la norma legislativa medioambiental más importante de la Unión Europea. En su informe Especies amenazadas, la organización internacional de conservación marina presenta un estudio pionero que unifica por primera vez los listados de todos los convenios internacionales*, con el fin de alertar sobre la descoordinación que existe entre ellos y la falta de conocimientos científicos sobre el medio marino.
El año 2010, como Año Internacional de la Biodiversidad, no debe dejar a un lado el medio marino. La representatividad de especies marinas protegidas en Europa y en España es minúscula. La Directiva Hábitats recoge alrededor de 1.182 especies, de las que solo 14, más dos taxones, son marinas. El Catálogo Español –actualmente en proceso de revisión– tiene 39 entre las más de 600 que incluye.
Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana Europa, explica que “las amenazas que afectan a las especies marinas son múltiples, desde la sobrepesca hasta el cambio climático. Esto, sumado al desconocimiento que hay sobre los océanos, nos obliga a tomar medidas inmediatas en la conservación de especies conocidas y a aplicar el principio de precaución en aquellas sobre las que no hay datos. Por ello, no es admisible en ningún caso dar marcha atrás, como pretende la reciente propuesta de descatalogación de especies en las Islas Canarias presentada por Coalición Canaria”.
Además de ser imprescindible aumentar el conocimiento científico, hay gran desproporción entre especies marinas y terrestres en los listados de los distintos convenios. La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifica 45.000 especies de animales y plantas, pero solo un 5,6% son del mar y de éstas, casi un tercio aparece en la categoría de Datos Insuficientes. Muchas de las especies que sí son evaluadas carecen después de protección bajo la Directiva Hábitats. Es el caso del mero (Epinephelus marginatus), que está En Peligro; del cazón (Galeorhinus galeus) y el bacalao (Gadus morhua), ambos clasificados como Vulnerables debido a la fuerte explotación comercial.
Con un trabajo inédito hasta ahora, Oceana ha unificado en un solo listado las especies marinas ya catalogadas bajo algún convenio nacional, regional o internacional, o cuya protección recomiendan los expertos. La propuesta incluye más de 60 géneros de corales y decenas de gorgonias, de los que en la mayoría de los casos sólo está prohibido su comercio internacional mediante CITES.
Además, el informe incluye un centenar de especies de elasmobranquios (rayas y tiburones), especialmente amenazados en el Mediterráneo, pero no presentes en el Catálogo Español ni en la Directiva Hábitats. Entre ellos están la mielga (Squalus acanthias), el pez ángel (Squatina oculata), la tintorera (Prionace glauca), el pez martillo (Sphyrna mokarran) o la manta raya (Mobula mobular).
“Esto solo es un mínimo en la protección de las especies marinas europeas y debe ser asumido por legislaciones europeas y nacionales si queremos avanzar en conservación marina. Al tiempo, los convenios deben incluir mecanismos de actualización permanente de especies protegidas según avanzan los conocimientos científicos, algo con lo que no cuenta la Directiva Hábitats”, afirma Ricardo Aguilar.
La conservación de las especies y hábitats marinos no es una elección, sino una obligación de todos los gobiernos. En la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992 se alcanzaron dos importantes compromisos: la reducción de los gases de efecto invernadero, en la que los países han fracasado estrepitosamente; y frenar la pérdida de biodiversidad. Si los gobiernos tampoco ponen los medios necesarios para cumplir este objetivo quedará seriamente en entredicho la talla de los políticos actuales para afrontar los retos a los que se enfrenta la sociedad mundial hoy en día.