Nuevo asalto a las ballenas.
Se iniciaron los trabajos de la Comisión Ballenera Internacional, en una reunión en la que Japón pretende que se retome la caza comercial de cetáceos.
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) comenzó ayer su asamblea plenaria de cinco días en la que se votará la propuesta japonesa de permitir la caza con fines comerciales de estos mamíferos, a la que se adhieren cada vez más países en desarrollo entre rumores de compra de votos.
En las reuniones de trabajo que se celebran en la ciudad japonesa de Shimonoseki, el país anfitrión espera que tras dos décadas en minoría haya más países a favor de su plan de volver a cazar cetáceos. En las sesiones inaugurales el ministro japonés de Agricultura y Pesca, Tsutomu Takebe, pidió a los 48 países miembros en la LIV Asamblea General permitir la explotación de forma sostenida de las ballenas y pidió tratarlas "del mismo modo que a otros recursos marinos".
Sin embargo, la primera decisión asamblearia ha representado un revés contra Japón cuando la admisión de Islandia como miembro de pleno derecho fue rechazada por 25 votos a favor y 20 en contra. Este país, alineado en su postura de retoma de la caza comercial de ballenas, abandonó la CBI en 1992 ante la tardanza del organismo en regular las capturas con fines comerciales, y el año pasado en Londres fue admitida de nuevo como miembro observador sin derecho a voto.
La principal batalla de las reuniones será la propuesta japonesa de volver a cazar ballenas con controles más estrictos, lo que implica levantar la moratoria que existe desde 1986, y que Japón incumple desde 1987. Una decisión de este tipo hace necesaria una mayoría cualificada de tres cuartos de los votos, que todavía parece lejana pese a que varios países en desarrollo recién admitidos en la CBI respaldan a Japón.
La organización ecologista Greenpeace ha denunciado reiteradamente los intentos de Japón de compra de votos de países; entre ellos se ha citado expresamente a Panamá, Guinea y Marruecos. En opinión de esta organización ecologista, tal y como quedó reflejado en uno de sus últimos comunicados, se habla de que se habrían obtenido votos a favor de países como Benin, Gabón, Mongolia y Palau con Ayuda Oficial al Desarrollo japonesa.
Once países caribeños, del Pacífico y africanos celebraron una rueda de prensa en la que proclamaron públicamente su adherencia a las posturas pro balleneras. Estos países afirmaron que Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y el Reino Unido formaban el "eje de la intolerancia" frente a otros países con culturas distintas. Claris Charles, de la isla de Granada, dijo que se sentía "insultada" por las alegaciones de compra de votos mientras que Kuniwo Nakamura, de Palau, rechazó que su país haya recibido presiones.
Japón también pretende que se discuta la ampliación de los “programas científicos” a especies como las ballenas Sei ( Balaenoptera Borealis), una especie declarada en peligro de extinción.
Pero no todo son malas noticias para los cetáceos. Brasil ha propuesto la creación de un santuario ballenero en el Atlántico sur. Dicha iniciativa cuenta con el apoyo de Sudáfrica, Argentina y Chile, apoyos que no fueron suficientes cuando el año pasado no se adoptó su constitución. En aquella fecha Japón se opuso a la misma, y probablemente este año haga lo mismo en contra de los santuarios establecidos en los océanos Antártico e Índico.