El 'punxoset' se zambulle en L'Albufera
El punxoset tiene armas para defenderse de sus enemigos naturales -los tres pinchos que le dan nombre y anuncian a sus predadores que se les puede atragantar el bocado-, pero no contra la degradación del medio natural y el ataque de especies exóticas. Ante tales obstáculos, el punxoset (o espinoso), un pez continental abundante en los marjales de la Comunidad Valenciana hasta hace medio siglo, apenas ha sido visto en esas aguas en los últimos diez años y ha pasado a engrosar la lista de especies en peligro de extinción. Fruto de este dudoso honor es el plan de recuperación iniciado por la Generalitat en 2000 y que ayer permitió la reintroducción de 2.200 ejemplares que se zambulleron en la reserva del samaruc (otro pez que tuvo que ser rescatado de la extinción) en Algemesí, una tranquila laguna del parque natural de L'Albufera.
El punxoset apenas alcanza los seis centímetros de longitud y es de un color grisáceo que se alegra de rojo reluciente en el caso de los machos en época de celo, entre marzo y septiembre. Como en el caso del samaruc, ha sufrido la amenaza de la degradación de los marjales y de especies exóticas, ajenas antes a su entorno, como la gambusia, que compite por los mismos recursos naturales, o la carpa, que se come la vegetación que usa el punxoset para sus nidos. Pilar Risueño, bióloga y técnico de la Consejería de Territorio y Vivienda, destaca del espinoso que es un patrón para el estudio del "comportamiento animal". El macho prepara los nidos de vegetación acuática que liga con una sustancia que segrega de sus glándulas, y mueve las aletas para ventilarlo, además de cuidar de los alevines.
El plan para conservar el Gasterosteus gymnurus, que es su nombre científico, arrancó con la llegada al Centro de Cultivo de Peces de Aguas Templadas de Polinyà del Xuquer de 12 reproductores de la especie de Aigüamolls d'Empordà (Girona) en 2000. La cría en cautividad ha elevado el número de punxosets a casi 4.000, según la consejería. El primer reencuentro de estos peces con su hábitat se experimentó en el marjal de Pego-Oliva en 2002 y luego en la reserva de Algemesí, en jaulas de aluminio que los protegen pero dejan pasar a pequeños invertebrados para su sustento. Los resultados iniciales de la reintroducción son positivos, por lo que ayer Javier Gómez, director general de Gestión del Medio Natural, y el alcalde de Algemesí, Emili Gregori, lanzaron nuevos ejemplares de punxosets a su medio natural.