Océana y Colegio Biólogos de Euskadi proponen crear un corredor ecológigo litpral de Donostia a Biarritz
El área protegida ocuparía unas 27.000 hectáreas y albergaría más de un centenar de comunidades y hábitats diferentes, además de cerca de un millar de especies
La parte marina de Jaizkibel-Ulia es clave en este corredor marino vasco, que recorrería más de 35 kilómetros
La parte marina de los acantilados de Jaizkibel-Ulia, la desembocadura del Bidasoa, las bahías de Txingudi y Hondarribia, la costa rocosa frente Hendaia y Sokoa, y los acantilados entre San Juan de Luz y Biarritz podrían formar un corredor marino ecológico vasco. Eso sería posible si se aprueba la propuesta contenida en un informe científico que han presentado hoy Oceana, organización internacional de conservación marina, y el Colegio Oficial de Biólogos de Euskadi (COBE), con la colaboración de la Asociación Vasca de Amigos de los Delfines y Ballenas (EIBE).
El área propuesta para su protección representaría unas 27.305 hectáreas marinas si se les sumara las casi 13.000 ha de Jaizkibel-Ulia. Esto daría lugar a uno de los corredores ecológicos más diversos e importantes del Atlántico europeo, con medio centenar de especies protegidas y una docena de comunidades y hábitats de interés internacional repartidos a lo largo de 35 km. Se trata de una importante aportación al proceso de designación de la red Natura 2000 en el medio marino vasco.
“El mar Cantábrico es una de las zonas europeas que menos zonas protegidas tiene, por lo que es necesario un impulso para adecuarlo a los acuerdos y legislaciones europeas e internacionales”, ha declarado Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana en Europa.
Junto a los hallazgos resultantes de los trabajos realizados a bordo del catamarán de investigación Oceana Ranger, la iniciativa internacional presentada hoy recopila la información disponible sobre este paraje marino, llegando a contabilizar alrededor de un millar de especies diferentes, incluidas algunas protegidas, como la marsopa, el delfín mular, la anguila, la lamprea marina, el mero, la esponja común, el bogavante, etc.
También enumera a más de un centenar de comunidades y hábitats distintos, entre los que se encuentran varios protegidos por la Directiva de Hábitats de la UE y por la Convención de Oslo-Paris (OSPAR) para el Atlántico Nordeste: arrecifes de gusanos poliquetos, fondos geológicos de boulders y marmitas, cuevas marinas sumergidas, comunidades de algas fotófilas y esciáfilas, campos de mejillones, esponjas copa y arborescentes circalitorales, comunidades de corales y gorgonias, etc.
“La red Natura 2000 marina no está representada en el sur del País Vasco. No se han designado lugares para la protección de hábitats como los arrecifes o las cuevas submarinas, ni para especies como el delfín mular o la lamprea marina. Un área marina protegida en la zona de Jaizkibel-Ulia subsanará estas deficiencias”, indica Jon Ander Etxebarria, Decano del Colegio Oficial de Biólogos de Euskadi (COBE).
El gobierno francés ya ha propuesto la creación de diferentes lugares de interés comunitario y zonas protegidas en su litoral, entre Hendaia y Biarritz, pero el español aún tiene pendiente elaborar el listado de su zona. El área marina de Jaizkibel-Ulia sería clave para poder triplicar el valor ecológico de este corredor ecológico a lo largo de las aguas marinas vascas.
A finales de 2009 Oceana hizo públicos los resultados de sus investigaciones en el mar Cantábrico enumerando una serie de lugares de importancia ecológica que recomendaba incluir dentro de la red Natura 2000. Entre ellos, también se mencionaban otros lugares de las costas y aguas vascas, como la zona marina entre cabo Ogoño, la desembocadura del Oka y la isla de Izaro, el ratón de Getaria o el cañón de Capbretón. Este primer informe ha motivado recientes propuestas de conservación en el Parlamento vasco, y están pendientes de debate.