Microplásticos en ballenas, focas y delfines
Investigadores de las universidades británicas de Exeter y Plymouth, con apoyo de los laboratorios de Greenpeace, han examinado 50 ejemplares de 10 especies de estos mamíferos, y todos ellos tenían microplásticos en su estómago.
La mayoría de estos plásticos, de un tamaño inferior a 5 milímetros, eran fibras sintéticas, que pueden provenir de nuestras prendas de ropa, de restos de redes de pesca o de las cerdas de los cepillos de dientes. El resto eran fragmentos de envases de alimentos y botellas de plástico, entre otras cosas.
¿Cuántos estudios son necesarios para ver la magnitud de esta crisis mundial? Desde el Ártico hasta la Antártida, en zonas pobladas y en islas deshabitadas, la creciente producción y el uso de este material amenazan con contaminar cada rincón del planeta.
El plástico está amenazando seriamente la salud de nuestros mares y océanos y la supervivencia de las especies que los habitan. Animales marinos como los de este estudio están ingiriendo estos microplásticos, lo que les provoca bloqueos gastrointestinales y alteraciones en sus patrones de alimentación y reproducción. Pero no se queda ahí: hay evidencias de que se transfieren a lo largo de la cadena alimentaria y llegan hasta nuestros platos.
Nuestro país es el quinto mayor productor de la UE, y desde Greenpeace este 2019 nos hemos propuesto liderar la guerra europea contra el enemigo número uno de mares y océanos. En nuestra campaña de plásticos hemos identificado a marcas como Coca-Cola, PepsiCo, Danone y Nestlé como las grandes culpables de seguir produciendo millones de toneladas de plástico de un solo uso, y a supermercados como Carrefour, Alcampo, Dia y El Corte Inglés que siguen perpetuando el gran problema de este siglo poniéndolos a la venta en sus establecimientos.