Los pronósticos más temibles del cambio climático
Los pronósticos más temibles del cambio climático siguen confirmándose: la revista Science publicó ayer un estudio en el que, tras unos análisis en las capas de hielo del Artico y unas modelizaciones en ordenador, prevé que, de continuar el actual incremento de temperaturas, el casquete polar que forma el Artico comenzará a fundirse.
Dentro de 10 años, añade el estudio, lo que hoy es un continente helado podría convertirse en agua, de forma que podría, incluso, habilitarse una vía marítima que una Europa y Asia a través de este pasadizo. Algunos científicos más conservadores se apresuraron ayer a decir que, según sus cálculos, esto no sucederá hasta 2080.
Esta nueva vía, bautizada ya como el Paso Noroeste, transcurriría entre Islandia y Groenlandia en el Atlántico. Continuaría por el Archipiélago Artico, frente a las costas del norte de Canadá y, posteriormente, los barcos navegarían por la costa norte de Alaska hasta alcanzar el Pacífico. De esta manera, los miles de barcos que diariamente transportan mercancías entre Japón, China y Europa se ahorrarían más de 4.000 millas que supone bajar hasta el Canal de Panamá, inaugurado hace 88 años.
No debe olvidarse tampoco que otros muchos barcos, debido a su gran tamaño, no pueden pasar por el estrecho canal artificial y deben bajar hasta el Cabo de Hornos, al sur de Argentina, para luego subir nuevamente.
Sin embargo, mientras los armadores y las industrias se frotan las manos en espera de que el calentamiento de la Tierra mejore su particular cuenta de resultados al reducir las travesías de sus mercancías, los científicos advierten de que las consecuencias ecológicas de que esto suceda serían terribles.
Negro futuro
El propio investigador principal del estudio, Richard Kerr, de la Comisión de Investigación del Artico de EEUU, alertó del negro futuro que le espera a toda la fauna que habita en los hielos árticos, como osos y focas, así como los graves problemas de supervivencia que sufrirán los pueblos esquimales.
Esta nueva vía de agua supondrá que desaparecerán sus zonas heladas de desplazamientos utilizadas durante cientos de años para cazar y que ahora se convertirán en agua. Si lograran sobrevivir, su cultura se verá amenazada, entre otros motivos, por intenso tráfico marítimo que se espera en la zona.
Para los animales como los osos el peligro está también en que se reduce su zona de caza y, en general, de movimientos. De hecho, una investigación del grupo ecologista Greenpeace ha demostrado cómo el calentamiento global provoca que el Artico se resquebraje y forme islas de hielo de las cuales no pueden escapar los osos que perecen tras días sin comer y a la deriva encima de la isla.
Otro de los peligros ecológicos de abrir esta vía al tráfico marítimo estaría en que, ineludiblemente, donde hay barcos hay accidentes en los que se vierten desde petróleo hasta los más diversos productos químicos. En un sistema tan aislado como el Artico la fragilidad de su ciclo ecológico es enorme de manera que sería muy difícil recuperarse de un accidente de este tipo.
Sin embargo, los problemas para los armadores y las industrias son de otro tipo. Expertos en navegación consultados ayer por CNN sostienen que el incremento que, según el estudio, se producirá de temperaturas no será el suficiente como para que la nueva vía pueda funcionar todo el año.
Escapar del hielo
Como mucho, esta vía se podrá utilizar en verano y, además, habrá que reforzar los barcos mejorando su línea de flotación para protegerlos de colisiones con icebergs. También deberán incorporar sistemas para escapar del hielo en caso de quedarse atrapado.
Aunque muchos lo niegan, el calentamiento del planeta parece ya un fenómeno demostrado científicamente. El pasado año, un grupo de expertos pudo navegar en verano hasta latitudes en el océano Artico en las que siempre ha habido hielo.
La propia revista científica Science ha publicado investigaciones que demuestran que se están fundiendo nieves perpetuas del Himalaya y los satélites de la NASA fotografían con cierta frecuencia cómo trozos de glaciares que siempre han estado unidos a la Antártida se separan del contiene y se funden lentamente en el mar.
Otro estudio publicado en Science demostró a través del análisis de hielos fósiles que los últimos 50 años han sido los más calientes del milenio y que ha sido en la última década cuando más se han incrementado las temperaturas.