Fisterra. El cabo del fin del Mundo y encrucijada de culturas
VER VÍDEO: Los cabos del fin de la tierra Fisterra y La Nave
Asomarse al fin del mundo, al nombrado como “finis terrae” por las legiones romanas “donde finaliza la tierra y comienza el mar” explica su topónimo. Con el paso del tiempo se convirtió en punto final del Camino de Santiago, ruta peregrina íntimamente ligada a la comarca.
Habitada por la tribu celta de los Nerios, los geógrafos grecorromanos ubican aquí el Promontorium Nerium y el Ara Solis (Altar al Sol). De la época sueva se conoce el detalle de un castigo infringido por el rey Reckila a la ciudad de Dugium (Duio), por haber destruido sus habitantes los templos celtas y arrianos.Una de las singularidades de Fisterra surge de las muchas leyendas que la envuelven.
Entre las más interesantes destacamos cuatro.:
La primera referente al hallazgo por los romanos de un altar al sol (Ara Solis) construido por los fenicios y que el Apóstol Santiago mandaría destruir poco después. Existe una teoría según la cual el Santo Grial formado por el cáliz y la hostia del escudo de Galicia, procede de una cristianización del altar pagano, el cáliz simbolizaría el horizonte del mar, y la hostia, el sol en su ocaso.
La segunda leyenda pertenece al dolmen de Orca Vella en la cumbre del Monte Facho mirando hacia el interior de la ría y al Monte Pindo, relacionado con ritos de fecundidad y de la muerte. En este monte de encuentran los restos de una ermita destruida en el s.XVIII donde en una gran losa horizontal, dormían los matrimonios estériles para concebir hijos. Esta iglesia fue probablemente la morada del noble ermitaño, Guillermo X Duque de Aquitania, que peregrinó a Santiago en el s.XI siendo
inmortalizado por el pueblo con el seudónimo de Don Gaiferos. En 1745, el Padre Sarmiento escribe: “No hace mucho tiempo, había una pila o cama de piedra en la que se echaban marido y mujer que, por estériles, recurrían al Santo y a aquella ermita”.
La tercera pertenece a la cristianización de la que se podrían sacar cientos de historias, todas con un eje principal, el Apóstol Santiago y la prolongación del peregrinaje a Fisterra tras el Camino Francés. Según la tradición de toda la antigua cristiandad, Santiago predicó el evangelio en estas tierras gobernadas por la reina Lupa, que jugó un importante y decisivo papel en el emplazamiento de la tumba del Apóstol al negarse a darle sepultura en el pueblo. Del s.XIV existen documentos “Visiones Georgii” que nos hablan de esta ruta: “lugar muy solitario, desierto y apartado notablemente de los hombres y de sus viviendas, situado entre montes altísimos que casi nadie frecuentaba”; se trata del monte de San Guillermo, en el cabo.
Y ya para finalizar, la de la imagen más venerada, el Santo Cristo de Fisterra, “Cristo das barbas douradas”. A partir del s.XIV los pescadores de la zona vieron a un barco en medio de un temporal arrojando sus mercancías al mar, entre ellas una caja que abrieron descubriendo la imagen del Santo Cristo, atribuida a Nicodemus. Desde ese momento, despertó gran devoción. De esta imagen de tamaño natural destaca su impresionante realismo y humanización. Se dice que emite sudores de muerte y que le crecen el pelo y las uñas.
Quien verdaderamente marca el carácter de esta tierra es el la península granítica con su punta, donde destaca el faro, avanzando hacia la mar y sus paredes acantiladas. Algo mágico tiene cuando los pueblos que lo habitaron trataron de encontrar una explicación al más allá, donde se esconde el sol. Y así se entiende como empieza este artículo, "fini terrae" del Mare Tenebrosum y final del Camino de Santiago. Y como dice el refrán, "unos llevan la fama y otros cardan la lana" pues geográficamente los cabos de La Nave y Touriñán, contiguos y por su norte están un poco más al oeste.
El Concello de Fisterra se encuentra en el extremo oeste de la provincia de A Coruña, dentro de la Comunidad Autónoma de Galicia, bañada por las aguas del Océano Atlántico. El cabo de mismo nombre, es la frontera entre las denominadas Rías Altas hacia el norte y Rías Baixas hacia el sur. Forman parte de este ayuntamiento cuatro parroquias: Duio, Sardiñeiro, San Martiño de Duio y Fisterra.
Habitantes: 4.824 (2014). Extensión: 28,4Km2
El pueblo de Fisterra, está conformado por un núcleo antiguo crecido en anfiteatro sobre el puerto. Sus casas y estrechas calles son de un gran tipismo y originalidad. En el centro se encuentra la Plaza de Arasolis, en las afueras, de camino al faro, encontramos el monumento más interesante de la villa: la Iglesia de Santa Maria das Areas y dentro del conjunto histórico de la villa destaca también el Castillo de San Carlos..
Su puerto es el mayor lugar de actividad del pueblo y su lonja la primera lonja turística de Galicia. La flota está formada por pequeños barcos de bajura que utilizan diversas artes de pesca como el palangre, nasas y betas. A cualquier hora del día se encuentran en las inmediaciones de la zona portuaria marineros que van o vienen de pescar, reparando sus redes o en la lonja subastando el pescado. El sector pesquero es uno de los más tradicionales del pueblo. La buena calidad del pescado y marisco que hay en esta zona hace que los productos tengan una gran demanda en los mercados.
La gastronomía se basa en pescados y mariscos de una calidad excepcional como no podría ser de otra manera en una población que huele a mar por sus cuatro costados.
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