Parque Nacional de Timanfaya.
VER VIDEO DE LA ISLA DE LANZAROTE Y DEL PARQUE NACIONAL DE TIMANFAYA
Timanfaya, que significa “Montaña de Fuego” es el mejor ejemplo de paisaje volcánico reciente, ya que nació hace sólo 200 años.
La mitad de esta isla fue destruida por un volcán que entró en erupción en la noche de un viernes de septiembre 1730 en la Aldea de Timanfaya, relativamente cerca de Yaiza, y que no paró de vomitar lava incandescente durante los siguientes seis años, devorando aldeas y elevando montañas, que formaron el panorama actual de parte del centro y SW lanzaroteño. Otra serie de erupciones en 1824 conformaron la geografía actual isleña.
"Montaña de Fuego" es en sus 5.107,50 ha. Entre las coordenadas 29° 03' 29'' N, 13° 49' 57'' W
28° 59' 02'' N, 13° 42' 59'' W un verdadero laboratorio científico al aire libre donde se conducen estudios sobre cómo la vida puede venir y colonizar un territorio de la nada.
El 20% de la superficie del parque nacional está constituido por edificios volcánicos, que se caracterizan por sus paredes con fuertes pendientes donde la vegetación queda reducida a la presencia de líquenes y es uno de los lugares de nidificación preferidos por la avifauna.
El 70% corresponde al “Mar de lavas”, una extensa superficie irregular con gran cantidad de cuevas, tubos y cavidades de distintos tipos de lava. La vegetación existente queda reducida a la comunidad liquénica que tapiza grandes zonas de este biotopo.
El resto corresponde a superficies antiguas que no quedaron cubiertas por lavas recientes, en los límites sur y este del Parque, como el tabaibal cardonal de El Mojón, con una cobertura vegetal del 75-80%, de valor botánico y la capacidad de albergar las mejores representaciones de la fauna que puebla el Parque. Por último las playas y acantilados a lo largo de la costa del Parque con escasa vegetación pero que alberga importantes poblaciones de aves.
Timanfaya está caliente y hay zonas donde las temperaturas de 100-125 ° C se registran a sólo unas pocas pulgadas de profundidad.
El Parque Nacional de Timanfaya es visitada anualmente por casi un millón de personas, siendo el segundo más visitado de toda la red de parques después del Parque Nacional de las Cañadas del Teide. Por ello, la presión turística sobre este territorio depende del desarrollo turístico de la isla de Lanzarote.
Posiblemente el recuerdo más fotografiado para los visitantes es la manifestación de las altas temperaturas subterráneas, en un primer momento con la combustión espontánea de hierbas que se puso durante unos segundos en una cavidad natural y luego con la introducción de un cubo de agua a varios metros de profundidad productos de propulsión inmediata convertida en un chorro de vapor de agua en distintas zonas y profundidades. Es fácil de entender, ya que a 11 m de profundidad la temperatura del suelo es superior a 600 ° C.
Recordar que el acceso al parque tiene un coste de: Adultos, 9 euros; menores (de 7 a 12 años), 4 euros, todos los días de la semana, de 09:00 a 17:45 horas (última visita a las 17:00) que permite acceder desde el Centro de interpretación (taquilla) hasta el aparcamiento próximo al restaurante “El Diablo” y área de demostración de temperatura interior de la tierra. A partir de aquí parten autobuses que recorren los 14 km de la carretera acondicionados para la visita por el núcleo principal de las erupciones. Recorrido perfectamente mimetizado con el entorno. El viaje dura 30-35 minutos aproximadamente. El horario recomendado es llegar a primera o última hora (09:00 o 15:30) pues entre estas marcas del reloj, Timanfaya es una feria de personas
La Ruta de los Volcanes fue realizada bajo la dirección de César Manrique y Jesús Soto en 1968.
El exótico paseo a lomos de camellos sobre el volcán es, sin duda, otra de las estampas clásicas de Lanzarote. Parte del Centro de interpretación.