Laxe tierra de reyes en la Costa da Morte
Habitantes: 3.417 Extensión: 37 km²
Puerto pesquero en la ría de Corme y Laxe, en pleno centro de a Costa da Morte. En verano instalan pantalanes para embarcaciones de recreo.
Los restos del castro de Torre da Móa nos llevan a los antepasados de esta población del corazón de A Costa da Morte. Ya documentados aparece la romana Per Loca Marítima, la gran ruta de Imperio hacia el NW. Gobernada en la Edad Media por los condes de Traba, sus nobles fueron tutores de reyes, posteriormente la comarca pasó a manos de otras familias hidalgas.
A finales del s.XII, residen en Soesto el rey Alfonso IX y su esposa Doña Berenguela.
En el s.XIV se construye la iglesia de Santa María A Nova, que tendría la misión auxiliar de servir de defensa ante posibles ataques por mar y la de Sta. María Atalaya.
En el s. XVIII la villa fue arrasada por los piratas ingleses.
Las tragedias marítimas de esta costa tienen en Laxe una particular historia.
El 19 de diciembre de 1830 se hunde en la bahía el buque inglés “Adelaide”. Corriendo el temporal su capitán William Dovel busca refugio en la ría, ocurriendo lo peor, solo él y un marino pudieron salvarse. Al día siguiente, fueron apareciendo los cuerpos sin vida del resto de la tripulación y los de su mujer e hijo, que fueron enterrados en el pueblo.
Durante años, Dovel volvía para visitar la tumba de su familia.
Ilustres habitantes de la villa fueron el geógrafo Isidro Parga Pondal (1900-1986), fundador del Laboratorio Geográfico, importante institución de su rama.
Tradicionalmente Laxe vivió de la agricultura y la pesca y hoy en día del turismo.
La playa urbana de Laxe, buena para practicar cualquier deporte náutico, la de Soesto, a 2 km del pueblo, excelente para practicar windsurf y surf y Traba, a 4 km, paraíso del surf y deportes de riesgo.
La pesca deportiva es práctica con mucho arraigo, las capturas son abundantes y de especies de alto valor gastronómico.
Y qué decir del buceo, las aguas claras aunque frías dan acceso a un mundo que cautiva.
El visitante puede adentrarse en la comarca y recorrer caminos, andando o en bicicleta que se alquilan en locales de la villa.
Visitar la capilla de Santa Rosa en lo alto del monte desde el cual hay unas vistas panorámicas preciosas.
Si se dispone de tiempo es interesante realizar una excursión al castro de Dombate y al castro de Borneiro.