Carnota, el Concello de la gran playa y el gran horreo
Al pie del Olimpo Celta, el cambiante de color Monte Pindo, a partir de Punta Caldebarcos, kilómetros de arena bañados por el Atlántico, ecosistemas lacustres y marinos, respaldados por la sierra con miradores espectaculares como Paxareiras, se esconde un Concello que independientemente de su gran belleza y riqueza natural, confina un patrimonio histórico y monumental de primer orden que nos trasladarán desde la prehistoria hasta épocas más recientes.
Protegidos como Lugares de Importancia Comunitaria, el macizo granítico del Monte Pindo, con una altura máxima de 620 metros en la cumbre A Moia, reparte sus 4.674 hectáreas entre el propio monte y la playa. Conocido popularmente como el “Olimpo Sagrado de los Celtas”, este lugar mágico, de piedras encantadas y de colores cambiantes cada hora del día genera mitos e interpretaciones legendarias sobre los "Celtas" y antiguos pobladores que encontraron explicación a las curiosas formaciones geomorfologícas del granito. Sus esferas, formas esculturales, hicieron bullir sus mentes convirtiendo en forma de historias, mitos de dioses, gigantes, tesoros escondidos, pricesas (mouras), bichería de siete cabezas, ritos de fecundidad, secretismo en sus caminos....
En sus laderas encontraréis castros, restos de Ermitas y castillos, el de San Xurxo, construido por el obispo Sisnando en el siglo X, y el de Penafiel y en su cumbre la Pedra da Moa y bañeras naturales (“pías” en gallego). Más abajo está la cueva de A Ermida, donde estaba una vieja iglesia.
La protección LIC continúa a los pies del Pindo, manteniendo una reserva natural de primer orden y sin duda el principal atractivo natural de la comarca. La Playa de Carnota con sus 7 kilómetros de arena, dunas y marismas, más de medio kilómetro en marea baja, se abre en un canal en la zona norte por donde penetra el mar creando una llanura intermareal de gran productividad natural. Es el arenal más extenso de toda la costa gallega y para alguna publicación alemana, una de las mejores del mundo. Este conjunto de dunas y marismas con su laguna interior, es zona de descanso de una variedad importante de especies migratorias.
Carnota es más; mención especial merecen los hórreos carnotáns, además de visita obligada, sobre todo los dos que por su tamaño son atractivos turíasticos: el de Lira y el de Carnota, que rivalizan en monumentalidad y dimensiones.
Este último, en pleno corazón del pueblo, está considerado Monumento Nacional, es el segundo más grande de Galicia; pues el de Lira parece ganarle poe unos centímetros. Conforma un conjunto arquitectónico singular con el palomar, la casa rectoral y la iglesia de Santa Comba.
Su construcción se inicia en 1768 y alcanza su estado actual en 1783. Según las inscripciones su diseño pertenece al arquitecto Gregorio Quintela, encuadrándose dentro del estilo "fisterrán".Consta de 34,76 metros de largo y veintidos pares de pies cincelados completamente en granito.
El Hórreo de Lira es muy similar, aunque peor conservado.
Solo me resta dejaros una reseña para un viaje placentero y descubrir los secretos de esta comarca.:
Acceder por el alto de Paxareiras desde la AC-400. Primnera parada para contemplar el seno de Corcubión y la gran playa.
Nos iremos acercando al pueblo y pasaremos por un área recreativa donde poder realizar un pic nic y la iglesia de San Mamede.
Ya en Carnota, buscamos el petroglifo de Pedra Escrita, la cascada de Pedrafigueira y el monte de Torre dos Mouros, con las ruinas de una antigua muralla y una calzada.
Otro lugar en el que hay petroglifos es el Outeiro de Prousos Magos.
Por supuesto bajar a la playa y si nos sentimos con fuerza nuestro objetivo será el Monte Pindo, que subiremos por el sendero clásico que sale desde detrás de la iglesia de San Clemente.
Si nos encontramos por la parte alta de la cascada del Xallas, encontraremos otra subida, un sendero circular " Ruta Subida al Monte Pindo (O Fieiro-A Moa-Cova da Xoana-Peñafiel)" que visita la cueva de Casa da Xoana pasando por el pico Peñafiel.