Santander. Eolo no aparece en la bahía santanderina. Suspendido el Trofeo North Iberian de snipe
La entreda de un mercante y el escaso viento suspende la 3ª jornada del TROFEO NORTH IBERIAN para la clase snipe
Con una mañana complicada para practicar la vela, pues el viento era muy escaso y la marea se encontraba a la hora programada para le regata en su máxima cota de bajamar, lo que supone una rampa de botadura prácticamente incontrolable para esta operación por su falta de limpieza y el escaso fondo con que hay junto a ella para calar las orzas y timones de las tripulaciones, diez tripulaciones, muchas de ellas sin cumplir los requisitos exigidos por la organización para tomar parte en la prueba, se dirigieron al campo de regatas después de de la odisea de botar sus Snipes bajo las condiciones existentes.
A las doce en punto el Comité, tras establecer un recorrido al viento con dos vueltas, comenzó con el procedimiento para dar la salida a la primera prueba del día. Al cañonazo de salida varias tripulaciones se hallaban fuera de línea por lo que el comité levanto la bandera de Llamada General y procedió a modificar la línea para dar una nueva regata. Esto favoreció a algunas tripulaciones rezagadas como consecuencia de las dificultades de botadura de sus barcos y posibilito a estas el poder participar en la nueva salida para la que el Comité comenzó un nuevo procedimiento. Esta vez fue valida , estando muy favorecida el hacerlo por la baliza, siendo además el bordo amurado a estribor el mas favorable para hacer la ceñida. El viento escasísimo y la fina lluvia que no ceso un solo instante hacían muy complicados sacar algún rendimiento a los aparejos de las embarcaciones, siendo los barcos que cruzaron primero la canal los que mas beneficio obtuvieron en este difícil tramo de ceñida contra corriente. La baliza de barlovento la montaron 5 tripulaciones muy juntas. El resto de la flota que escogió el navegar cerca de tierra pago mucho esta decisión. Comenzando la empopada, cuatro de las embarcaciones que montaron en cabeza se metieron en el centro de la canal, mientras que la otra se mantuvo fuera, en ese momento la corriente comenzaba a entrar y era casi imposible remontarla. Cuando las tripulaciones estaban luchando contra la marea, un mercante hizo su aparición en el abra del Sardinero y cuando comenzó a enfilar hacia la bahía, el comité con buen criterio suspendió la prueba para que este pasase el campo de regatas, para a continuación dar una nueva salida. El viento mientras tanto fue decayendo de intensidad hasta casi llegar a desaparecer, por lo que después de mas de media hora de espera el comité opto por las suspensión definitiva, con lo que todas las tripulaciones se dirigieron a tierra, volviendo a sufrir nuevamente las dificultades que Puerto Chico entraña con las bajamares y que son peores que las de la botadura, teniendo un dura lucha con el verdín y agujeros de la rampa, a los que solo gracias a la colaboración de todos era posible subir las embarcaciones a su punto de almacenaje.