“Algo está pasando en la Tierra”. Reflexiones de Pepe Ribes
Pepe Ribes reflexiona sobre la presencia de hielos antárticos que ha obligado a modificar las puertas de seguridad de la Barcelona World Race
La zona sin apenas viento por la que atraviesa el Estrella Damm y varios de sus rivales a causa de la inestabilidad en el anticiclón del Atlántico Sur está propiciando movimientos en la clasificación. El barco español Estrella Damm es ahora quinto tras ser superado por el Groupe Bel, que se ha puesto tercero al adelantar en la clasificación también al Mapfre, que navega más al suroeste. También Neutrogena y Mirabaud han intercambiado posiciones en el paquete de perseguidores del Estrella Damm, que ahora es seguido en la clasificación por el Renault Z.E.
En esta situación, Alex Pella y Pepe Ribes siguen preparándose para afrontar la dura meteorología del Sur. El sábado los patrones del Estrella Damm y sus rivales fueron notificados por la dirección de la Barcelona World Race de que la primera puerta de seguridad de la regata (zonas de paso obligatorio para evitar choques con los hielos del sur) en el Atlántico Sur se desplazaba al norte, y que se dispone una nueva puerta antes de la de las islas Kerguelen. La razón, la gran cantidad de icebergs y hielos flotantes que hay cada vez más al norte, fruto de un gran iceberg que se ha despedazado en centenares de trozos.
Esta circunstancia ha hecho reflexionar a Pepe Ribes, experimentado patrón del Estrella Damm, que en sus tres vueltas al mundo anteriores nunca había visto hielo tan al norte, casi en la latitud 40 Sur. “Nos han enviado el primer fichero con las posiciones de los icebergs y la verdad es que impresiona un poco a primera vista 130 pedazo de cubitos de hielo más o menos en nuestro camino. Nos han movido los puntos de paso un poco al norte y han puesto uno nuevo, y en breve supongo que cambiarán también la de Kerguelen que ahora mismo está rodeada de hielo”, explicaba en un e-mail esta madrugada.
Esta mañana en videoconferencia, Ribes mostraba su preocupación: “Algo está pasando en la Tierra. Desde nuestras casas en Barcelona no nos damos cuenta. Hay que bajar a estas latitudes para ver lo que está pasando, fruto del calentamiento global”. “Impresiona ver tanto iceberg sobre todo porque el satélite sólo detecta los más grandes, no las placas de hielo de alrededor, más pequeñas, que son más peligrosas porque no se detectan por el radar”, explicaba Ribes. “Es preocupante y me alegro que hayan movido las puertas de seguridad más al norte”, proseguía. “Tendremos que ir con mucho cuidado y tener un poco de suerte”, afirmaba. “Cuando vas por una zona con riesgo de hielos es muy importante, sobre todo por la noche, estar atento a la temperatura del agua en la electrónica del barco, porque desciende mucho cuando se acerca un iceberg. Allí abajo, aunque las noches son muy cortas, no ves nada, y la temperatura del agua es un buen indicador, junto al radar, aunque no detecta los hielos pequeños”
La voz de la experiencia
“Hace diez años no había hielo tan al norte”, insistía Ribes, “es impresionante porque algunos son muy grandes, de cuatro millas”. “Te das cuenta claramente de que pasa algo que los científicos todavía no saben explicar”, concluía.
De momento, sin embargo a bordo del Estrella Damm las condiciones son aún de verano, pero Ribes ya comentaba en su e-mail de esta madrugada que se había preparado la ropa de invierno, previniendo para el primer golpe de frío poniente: “He preparado la bolsa con la ropa de invierno: calcetines, calcetines de gore tex, polares, guantes, gorros. Estoy ya preparado para que llegue el frío”
Un buen hijo
En su bitácora Ribes explicaba: “Ayer llame a mi madre por su cumpleaños. No sabéis la alegría que da oír a los tuyos y la emoción tan grande que sentí. Seguramente sería la madre más feliz del mundo por un momento y yo el hijo más querido. En casa viven la regata intensamente”.