BWR. Seis en el sur. Vuelve la emoción

Tras lo pasado en las últimas jornadas no podría decir si esta vuelta al mundo A-2 va a ser una regata donde se decante por los Open 60, llamemosles "diesel" donde aquellos "turbo-diesel" con su plus de velocidad marcan el rumbo o que manda lo conocido: en toda regata de circumnavegación y prueba de desgaste, el conservar, mantener todas tus constantes vitales, es decir "nadar y guardar la ropa" te conducirá a los mejores resultados.
Lo que si tengo claro es que vuelve la emoción a una prueba donde el Mediterraneo había condicionado en demasía su desarrollo, al salir a aguas oceánicas con dos de los favoritos metiendoles un porrón de millas a otras tripulaciones experimentadas y también con el marchamo de podio.

Hasta ayer, todo fue un poco más de lo mismo, Virbac-Paprec 3 y Foncia aplicando su particular rodillo, Estrella Damm intentado seguir pero perdiendo día a día unas pocas millas. Mirabaud aguantando y conservando, Mapfre remontando y haciendo un poco la goma. Hoy a perdido un puesto cayendo a la quinta posición a favor Kito de Pavant y Sébastien Audigane y el resto de la flota a seguir estelas y negociar los diferentes vientos que se plantean cuando las diferencias son de más de 200 millas con los de cabeza.

El escenario ahora ha sufrido un revolcón. La contrastada experiencia de Peyron y Desjojeux se pondrá a prueba tras la parada técnica que tendrán en horas venideras y posible vuelta a regata. Quedan muchas millas, esto empezó hace nada, Santa Elena, el Índico. Pacífico sur. Hornos, Santa Elena, Ecuador y Mediterraneo nos depararán infinidad de crónicas cargadas de épica, velocidad, alternancia de puestos, averías... en fin todo lo que da de si una vuelta al mundo a vela, sin escalas y sin ayuda externa. Las hemerotecas están cargadas de remontadas, vease la última edición de la Vendée Globe y si hasta ahora la cabeza le metía hasta cuarenta horas al tercer pelotón las averías igualarán posiciones. Destreza, fiabilidad en sus barcos y como no suerte serán los sazonadores que hagan el plato que veremos llegar primero a Barcelona.

Volviendo a la regata, esta mañana Alex Pella y Pepe Ribes desde el Estrella Damm comentaban “Hoy creo que hemos pasado oficialmente los doldrums, pero es que no hemos tenido ni un minuto de calma, hemos cruzado siempre con viento”, ahora navegan con vientos del este-sureste de unos 13 nudos de media, y con altas temperaturas, unos 30 grados dentro del barco.

Del resto de barcos, Neutrogena, que ha perdido algunas millas, Renault Z.E. y GAES Centros Auditivos, están cerca del Ecuador, pasando con velocidades relativamente altas la zona de las llamadas calmas ecuatoriales.

Así, Pachi Rivero y Antonio Piris esta madrugada navegaban tranquilos con vientos de unos 11 nudos de intensidad aproximándose al Ecuador. El paso por la zona de calmas ecuatoriales está siendo más estresante para las chicas del GAES Centros Auditivos. Dee Caffari y Anna Corbella han explicado que navegan entre nubes negras y algunos chubascos, rachas repentinas y roles importantes, mientras intentan hacer sur relativamente rápido para salvar esta zona en el océano: “Es todo muy incómodo porque nunca sabes qué va a pasar”.

Mientras, en la cola de la flota sigue el baile de posiciones. El Fòrum Marítim Català ha sido superado por el Hugo Boss (el más rápido durante las últimas cinco horas, hasta el punto de haber recortado cien millas al Virbac-Paprec 3) y por el Central Lechera Asturiana, y cierra este grupo el We Are Water, que negocia cómo entrar en estos doldrums, aún con alisios de entre 18 y 24 nudos y con un role a norte de unos 20 grados que les ha permitido trasluchar y ganar el preciado oeste.

Parte de daños

“Estamos ansiosos por volver a la regata para medirnos con las tripulaciones españolas y con Michel [Desjoyeaux]”. Jean-Pierre Dick dejó claro anoche que la avería que ha sufrido su Virbac-Paprec 3 no les impedirá seguir en la Barcelona World Race. A primera hora de la tarde el líder rompía la barra de escota. Como solución provisional, Dick y Loïck Peyron, han improvisado una reparación de fortuna que segun declararon : “Pero con este sistema no podemos hacer la presión que normalmente ejercemos”. Según las explicaciones del francés, que espera llegar el sábado al puerto brasileño de Recife, la reparación podría durar entre 12 y 24 horas. “Doce horas sería un cálculo optimista. Hay que encargar algunas piezas, y si no llegan a tiempo podrían bloquearnos”, ha señalado Dick. “Jugaremos con fuego”, ha añadido. Según su compañero Loïck Peyron, lo arreglarán con un sistema “más arcaico” que el que tenían.

Preguntado por las consecuencias que su parada técnica tendría para el desarrollo de la regata, Dick ha señalado que está en buenas condiciones para tener posibilidades de volver a ella.