Una fuerte encalmada impide que la flota de la regata Bahia Pollença llegara a meta
Ni el elevado nivel competitivo de la flota, ni la inagotable resistencia de los equipos les permitieron escapar de las implacables calmas que reinaron en el canal de Mallorca.
El viernes 18 de mayo se dio la salida a la XXI edición de la regata de altura Bahía de Pollença – Trofeo Alfonso Echegaray, con un recorrido entre CM Port Ginesta y el RCN Port Pollença de 104 millas.
En la reunión de Patrones se informó de la ampliación del tiempo límite para adaptarse al parte meteorológico, que arrojaba dudas sobre la posibilidad de cubrir la singladura en las 27h que se ofrecían inicialmente. Enrique Curt, Director de la regata se congratuló por el incremento de la flota y sobre todo por el aumento del nivel competitivo de la misma, derivado de su reconocimiento como prueba puntuable para el Campeonato de Cruceros de Altura, Solitarios y A Dos.
Puntualmente, a las 17:30h se dio la señal de salida de la regata con un viento muy débil de componente SO, que permitió a la flota compuesta por 25 embarcaciones hacer rumbo al 160. El Routes de Large, Clase 40 de JF Lecarpentier, el XMerit, x46 de Tito Moure, el Bandido, Dehler 44, de Juan Carlos Otamenti, el Korrigan, X46 de Joan Balaguer y el Juguesca, GS 45 de Xavi Torredeflot, fueron algunos de los primeros en situarse en cabeza y marcar distancia con el resto de la flota.
El poco viento reinante viró hacia el cuadrante NO, eliminando cualquier atisbo de viento aparente y obligó a las tripulaciones a trabajar con el espi durante la noche. Al alba el viento cayó por completo y las comunicaciones de retirada se fueron sucediendo. A mediodía del sábado 19 de mayo el grueso de la flota ya había lanzado la toalla. Entrada la tarde, solo quedaban tres barcos en liza: el Bandido, tripulado a dos y el Inteman Barakah y el Coneix.com, patroneados en solitario por Daniel Martín y Miquel Delclós, respectivamente.
Las tres embarcaciones que resistieron las calmas nocturnas y matutinas, se encontraban a la vista unas de otras y, finalmente, pudieron disfrutar del role hacia el NE, un role que entró más tarde de los previsto y que les permitió hacer caminar los barcos con algo de aparente hasta situarlos a las 12 de la noche a unas 20-25 millas de la línea de llegada, faltando aún seis horas para que expirara el tiempo límite.
A pesar del encomiable espíritu deportivo y competitivo reinante , las calmas nocturnas en las proximidades de cabo Formentor fueron implacables y apenas les permitieron avanzar en las seis horas que restaban, provocando que no pudiera llegar ningún barco antes de las 6 de la mañana, y que por lo tanto se tuvieran que declarar desiertos todos los trofeos, una situación inaudita en las XXI ediciones de esta regata.