Solo las tripulaciones del Proinco y del Yamamay tomaron parte en la dura jornada del crucero santanderino.
Si la participación de los cruceros santanderinos es escasa, el tiempo que reino en Santander el sábado para nada ayudo a mejorarla.
El recorrido que se aplico para la ocasión fue el número 8 del programa de regatas, el que resulto complicado en su tramo de navegación por la subida a el Astillero, en donde la canal de navegación es muy estrecho en el lugar donde se fondea la primera baliza del recorrido. Lugar en donde el viento se encajona soplando con mayor intensidad con rachas cambiadas, lo que hace muy complicada la maniobra de trabuchada (que es la que toca), con el agravante añadido del poco espacio navegable que hay alrededor de la baliza a tomar, con lo que las tripulaciones se ven comprometidas en el caso que la maniobra no salga bien, lo que con 30 nudos de viento es siempre complicado.
La salida se dio con los dos barcos sobre la línea en el momento de la señal, realizándose esta a un descuartelar, rumbo que mantuvieron ambos hasta pasada la boya 10 de la canal de navegación, desde la que navegaron de aleta- popa hasta la primera baliza del recorrido. Cuando estaban en las cercanías de la misma la rolada que entro del norte trajo rachas de más 30 nudos con lo que el Yamamay viro por avente, mientras que el Proinco lo hizo por redondo, ambos salieron con problemas de la maniobra, lo que les echaba en cima de la baliza roja nº 18 de la canal que marca el cantil del arenal, por lo que a duras penas viraron para buscar la marca verde y navegar por la canal.
Al estar esta enfilada con el viento nuevamente tuvieron que virar a los pocos metros para evitar varar en el arenal de la banda contraria. Finalmente y tras rebasar la boya 16, donde la canal se ensancha, pudieron salirse de la zona de bajos y navegar sin problemas con agua bajo la quilla,
La navegación por la canal hasta la segunda baliza del recorrido, la realizaron con vientos de través-popa, que venían con fuertes rachas que traían roladas que les entraban por la amura poniéndoles a un descuartelar, por lo que era imposible el largar los Spy.
En las cercanías de la última baliza del recorrido, entro un chubasco de viento y lluvia que dejo además de disminuir drásticamente la visibilidad, dejo blanca la bahía, con lo que nuevamente el paso de esta baliza fue duro, si bien en esta ocasión la virada era por avante y había agua debajo de la quilla.
En la navegación del último tramo en demanda de la línea de entrada no fue menos complicado, ya que el socaire de la ciudad producía grandes pozos de viento, con lo que las tripulaciones, en cuestión de segundos, pasaban de tener 20 nudos a 4, lo que les obligó a estar muy atentos para salir de esta desagradable situación.
J.F.M.J. O.