Nueva frustración en la tirada del crucero santanderino.
Con esta, son tres las tiradas que en menos de dos meses se han suspendido al no haberse acortado el recorrido, teniendo a los participantes flotando hasta la terminación de su tiempo límite.
El recorrido que se determinó para la clase crucero en la tirada del sábado fue un nuevo desfile de barcos, en la que la mayor parte del recorrido se realizó a rumbos abiertos, acabando por suspenderse al no haberse acortado el recorrido en alguna de las balizas que se tomaron, lo que tuvo a los participantes sufriendo, innecesariamente, las consecuencias de la encalmada que afecto al recorrido y de la fuerte corriente vaciante para entrar en la bahía santanderina, cuya remontada supuso un calvario además de un problema como consecuencia del Mercante que salía de Santander, con el que coincidieron en Punta Rabiosa, la parte más estrecha de la canal comercial.
¿Cómo es posible que no se acorten los recorridos en la clase crucero, cuando el viento no permite terminar la regata, lo que el parte meteorológico preveía, como sucedió en la tirada del sábado y se mantenga esta hasta la finalización del tiempo límite?
En esta tirada, antes de que se suspendiese los participantes montaron varias balizas del recorrido, sin que se acortase la tirada en alguna de ellas, cuando la suspensión, con las condiciones reinantes, clamaba a gritos; acortamiento que no cuesta nada hacerle, y que permite que las tripulaciones que toman parte en la regata no pierdan inútilmente su tiempo y sus esfuerzos.
El acortamiento del recorrido está contemplado para las regatas a vela, y en las de crucero de fin de semana es fundamental el que se realice cuando las condiciones no son las necesarias para poder completar el recorrido establecido.
Está claro que nadie se ocupa de la clase, al permitir que esto ocurra, asiduamente como ha venido ocurrieron en los últimos meses
Para la tirada el sábado el parte preveía viento del cuarto cuadrante de unos 5 nudos de intensidad; además la regata coincida con la marea bajando hasta pasadas las 20 horas, con lo que la entrada en la bahía santanderina estaba cantada que sería prácticamente imposible el poder realizarla para la mayoría de las tripulaciones participantes; en esta ocasión solamente, y a duras penas, lo consiguieron tres de las diez tripulaciones participantes, por lo que los responsables de la clase han de ocuparse de que las tiradas como la de hoy no se repitan.
Para la tirada se estabilice uno de los 35 recorridos que figuran en el Anuncio de regatas, y que hasta ahora no se había establecido: el nº 9,6, de 8 millas, excesiva navegación para las condiciones de viento reinantes y previstas para la tarde del sábado; recorrido en el que unas balizas se dejan por babor y otras como, en un “tío vivo” se dejan por estribor; recorrido, que como todos los fijos nada aporta a la competición, y que como suele suceder, fue un desfile, eso sí, sin final.
El escaso viento que soplaba a la hora de la salida lo hacía del cuarto cuadrante, con lo que la salida se realizó en popa, sobre una línea, que como siempre está sin compensar, encontrándose los participantes con una embarcación fondeada en la mitad de la línea.
La salida dio lugar a maniobras para evitar el ser desventado por las embarcaciones de mayor eslora que había salido retrasadas, dando lugar a orzadas para conseguirlo; orzadas, que no fueron respondidas por el barco que alcanzaba y que produjeron contacto, pasando olímpicamente de penalizarse.
A la altura de la escuela de Náutica, el viento comenzó a amainar, llegando a desaparecer, con lo que las tripulaciones eran arrastradas por la corriente, que les ayudaba a salir de la bahía; una vez fuera de puntas, las tripulaciones se arrastraba reptando como las serpientes, y poco a poco la flota llegó a la baliza, desde, y contra todo pronóstico, el siguiente tramo seguía la navegación con los Spy portando, los que permanecieron izados hasta las cercanías de la segunda baliza del recorrido, en donde el viento desapareció, quedando las embarcaciones solamente flotando a favor de la corriente. Cuando el viento volvió a soplar lo hizo con una rolada de 180º y una intensidad de menos de 5 nudos, terminado los últimos metros del tramo de ceñida.
Esta navegación llevo casi dos; en esta baliza era donde debería haber estado una zodiac del comité para acortar el recorrido y tomar los tiempos de los participantes.
Al no haberse acortado el recorrido, el siguiente tramo, fue de través con Spy, con lo que como tantas veces la regata fue hasta entonces un desfile. A escasos metros de la última baliza el viento se fue a la proa, aminando su intensidad; tampoco en esta baliza se acortó el recorrido, con lo que la entrada en la bahía fue un caos, en donde las embarcaciones a duras penas remontaban la corriente vaciante, complicándose la navegación en la bocana de la canal, con la salida de un cochero, que se hincho a pitar para que esta quedase libre, momento en que se echó en falta a la zodiac que no se la vio en toda la tirada y que tan bien hubiese podido acortar el recorrido y dar la entrada a los participantes en una de las balizas que habían tomado, evitando con ello el tener que entrar a la bahía por la parte de la canal pegada a Punta Rabiosa. Sin embargo en esta ocasión, a pesar de atravesar varias veces la canal comercial, ninguna zodiac acompañó a los crucero en el recorrido, en el que la entrada a la bahía había de hacerse pegados a la playa pegados a la canal, coincidiendo con la salida de un cochero en Punta Rabiosa, lugar donde varios cruceros, en regata, han varado en la complicada entrada a la bahía con marea vaciante.
J.F.M.J.O.