Mafalda, de Javier Fayos, se impone en la II Regata de San Antonio del CN Cullera
La prueba era puntuable en el Campeonato Autonómico de Crucero
Mafalda, de Javier Fayos, se proclamó vencedor de la II Regata de San Antonio, organizada por el CN Cullera. La Regata de San Antonio era la última actividad del 2009, y se desarrolló con una sana competitividad en la Bahía de Cullera.
Con una ligera brisa de poniente que no llegó a superar nunca los 9 nudos de intensidad, el pasado 12 de diciembre las embarcaciones participantes completaron un recorrido de 8 millas en la Bahía de Cullera. Desde la salida se puso en cabeza de la flota el First 30 ES Mafalda, de Javier Fayos, seguido por el Kalik 33 Tourane, de Francisco Bou. Justo por detrás y enfrascados en su batalla particular, el Malbec 290 Sarantín de Vicente Sanjuán marcaba de cerca al Sun Odissey 42, Mojito Dos, de Jose Grau, en su batalla por la primera posición en la liga anual de regatas del CN de Cullera.
Las complicaciones del recorrido llegaron en los tramos más próximos a la costa. Los pozos de viento derivados de la sombra de los edificios obligaron a las tripulaciones a esforzarse para encontrar una táctica que les diera ventaja frente a los rivales. Así surgieron algunas alternativas que dieron emoción a la regata: Tourane pasó de defender su segunda posición frente al Astraea 295 Maat de Luís Domínguez y frente al Sarantín, a recuperar casi toda su desventaja con respecto al Mafalda y optar a la victoria.
Finalmente las posiciones se mantuvieron sin cambios y Mafalda lograba una ventaja suficiente para imponerse con claridad en real y en compensado. Tourane también se alejaba de sus perseguidores y finalizaba cómodamente en segunda posición. Por su parte, Sarantín navegó siempre pendiente de Mojito Dos, su rival en la liga anual del CNC, consiguiendo su objetivo al cruzar la línea de llegada por delante de éste y, por tanto, el preciado trofeo.
Por la noche tuvo lugar la entrega de premios en una multitudinaria cena, que sirvió además de emotivo homenaje a Bernardo García Albert, delegado de vela del Club Náutico de Cullera, quien dejaba su cargo con el reconocimiento no solo de los regatistas de su club, sino también de muchos otros de clubes vecinos.