La encalmada en la bahía santanderina solo permitió terminar a 5 tripulaciones.
En la jornada del sábado el viento sopló del cuarto cuadrante, con grandes roladas, pero sobre todo con grandes diferencias de presión, acabando por encalmarse a media tarde.
Con estas complicadas condiciones el comité ordenó un recorrido fijo, que como acostumbran, se convirtió en un desfile; con el agravante de que la salida fue en popa, con un viento que apenas alcanzaba los 5 nudos, pero que dejaba de soplar en cualquier momento; para colmo, la marea, de gran coeficiente, era entrante, con lo que el remontarla para salir de la bahía era poco menos que imposible, de hecho, fue el detonante que gran parte de la flota se retirase.
Afortunadamente se establecieron dos recorridos, uno para la clase I y otro más acortado para la clase II, y III; a pesar de ello habría que considerar el disminuir la distancia de navegación del primer tramo, para que la distancia a navegar no superase las 7 millas, y con ello poder terminar, al menos, cuando el viento es flojo y la marea coincide entrando en la salida de la bahía y bajando cuando se entra en ella.
En esta tirada, las únicas viradas se produjeron fueron la realizadas para remontar la punta del Puntal, que ha cambiado su batimetría, formándose una larga lengua en la punta del mismo, la que antes mantenía a raya una draga del Puerto, hoy desaparecida, por lo que la posición de los bajos ha cambiado notablemente en la zona,
De los barcos que terminaron la tirada tan solo 4 eran del club, lo que produce comentarios sobre la proliferación de tripulaciones ajenas al Marítimo en las regatas sociales, incluso de embarcaciones que cobran por navegar en ellas.
En la clase I tan solo terminó el Yamamay, mientras que en la clase II lo hicieron 5 embarcaciones; dándose la paradoja que sin ningún tipo de maniobra, barcos con menos rating superaron en real a los de más coeficiente. En esta clase, la lucha se centró, en la entrada de la bahía, entre el Blendio y el Gabriela Onofre, el que a pesar de varar en la punta del puntal, tras zafarse de la misma, consiguió rebasar al Blendio en el interior de la Bahía; la victoria fue para el Cantabria Infinita seguido del Izaro II y del Gabriel Onofre
En la clase III no termino ninguna tripulación.
J.F.M.J.O.