Una charla con… IKER MARTÍNEZ
Iker Martínez: “La tercera etapa fue complicada en meteorología, pero ésta está siendo más impredecible si cabe”.
Tres horas después de cruzar el Ecuador, Iker Martínez encontraba un momento para, sentado frente al ordenador, escribir una última actualización mientras revisaba junto a Andrew Cape, navegante, los últimos partes meteorológicos. Son muchas las incógnitas que presentan las últimas 2.500 millas de esta cuarta etapa de la Volvo Ocean Race y son muchas las opciones estratégicas que, en el hemisferio Sur, se le presentan al equipo español.
“Aquí seguimos, ahora de ceñida”. Así comenzaba Iker Martínez, que recordaba: “La tercera etapa fue complicada en meteorología, pero ésta está siendo más impredecible si cabe”.
Afortunadamente, según el vasco, la incertidumbre meteorológica ha hecho que la situación cambiase radicalmente ya que “hace unos días pensamos que no habría demasiadas posibilidades y sería una carrera de caballos hasta Nueva Zelanda. Ahora se empieza a complicar, rola al morro mucho más de lo previsto y no sabemos si entraremos en la punta de las islas Salomón o tendremos que empezar a hacer viradas. La corriente nos va arrinconando cada vez más y necesitamos que el viento vuelva a su sitio original o sino será mucho mas difícil para todos, cosa que podría venirnos de perlas si conseguimos sacarle provecho. Hay otras opciones pero parecen algo arriesgadas, en las últimas 30 horas hemos tenido varias opciones en la cabeza pero nuestro espíritu conservador ha ganado al aventurero por ahora”.
Las decisiones, en equipo y con humor
Por ello, tomar decisiones a bordo exige de la mayor implicación por parte de los tripulantes del equipo español. “Ayer tuvimos que hacer una reunión de emergencia a bordo para evaluar una posible acción. Nos juntamos y creímos que el riesgo a asumir era demasiado alto, así que seguimos con el plan original”.
Y es que el trabajo en equipo parece ser el punto fuerte a bordo del “Telefónica” en los malos y en los buenos momento. “Creo que hay gente que piensa que al no ir delante estamos todos enfadados o algo por el estilo. A bordo estamos bien, esperando impacientes tener alguna oportunidad pero por lo general nos hemos intentado reír de nuestros propios errores y tomarlo con humor”.
Pero el bimedallista olímpico es consciente de la capacidad del “Telefónica” que, ante las condiciones más duras, sigue dando lo mejor de sí mismo: “El barco nos ayuda. Tenemos una gran máquina y eso nos da mucha confianza. Digamos que el tiempo juega a tu favor cuando tienes un barco tan polivalente como el nuestro”.
Historias de a bordo
Iker Martínez no quiso dejar la oportunidad de comentar cuál es la situación de la tripulación y cómo es el ánimo a bordo: “Todos estamos bien. Neal se dio un golpe hace unos días después de salir disparado del baño en una ola, pero es un tipo duro y se ha recuperado perfectamente”.
Sin lugar a dudas, es Joca Signorini quién más felicidad muestra a bordo. Es más, según Iker: “A Joca no se le quita la sonrisa de la cara desde que ha nacido su niña, está muy contento de que todo haya salido genial y que la madre se encuentre bien”.
El patrón del “Telefónica” continuaba afirmando, entre risas, que “todo como siempre. Cape es feliz si tiene sus chocolatinas y es difícil pillar un cacho de jamón o de queso porque los glotones del barco casi siempre llegan antes... Y seguimos sin descubrir a quién se le cayeron todos los cereales en la cocina uno de los días que estábamos dando saltos en las olas y se hizo el sueco dejando gran parte del pastel por los alrededores. No sé por qué pero el baño está rindiendo a su doscientos por cien en esta etapa. El doctor nos ha debido de poner algo en la comida o en los suplementos y a menudo se ve a alguno salir disparado hacia la proa quitándose el traje de agua a mil por hora. Pablo, con las ansias, el otro día rompió una de las gomas del traje…”.
Pensando en tierra firme
Pero a bordo del “Telefónica” no sólo se reciben partes meteorológicos y de posiciones. De vez en cuando llegan noticias desde tierra, tal y como comentaba Iker: “Por si no fuese difícil de por sí la logística, la empresa encargada de los transportes se ha equivocado y han colocado uno de nuestros contenedores en el barco equivocado… ¡Vaya liada! Salió de Abu Dabi y en vez de ir a Nueva Zelanda está en otro barco camino de no sé dónde. Ahora está Horacio a toda prisa haciendo una cuna nueva para poder sacar el barco del agua en Auckland, sino tendrá que quedarse en el agua hasta la salida de la próxima etapa”.
“Si no es una cosa, es otra, pero andamos siempre a la carrera y es que esta regata es una aventura en todas las áreas” concluía Iker Martínez.