Una batalla de seis a 48 horas para llegar a Sanya
Un complejo tablero con enormes barcos pesqueros sin luz, redes esparcidas y diferentes estrategias a elegir son las únicas pistas del juego al que todavía se enfrentan los seis barcos en competición en esta tercera etapa de la Volvo Ocean Race y en sus últimas horas para llegar a Sanya.
Siempre se dice que todo puede pasar en una competición tan abierta, sin embargo (y pese a perder algunas millas durante la noche) el Dongfeng Race Team ha vuelto a ampliar su ventaja y se encamina a cubrir las últimas 24 horas hasta su puerto natal en Sanya, punto en el que cientos de fans van y vienen a la espera de la llegada de sus compatriotas.
De producirse finalmente esta victoria de etapa, el barco chino se colocaría en la clasificación general a cinco puntos por delante del Abu Dhabi Ocean Racing y del Team Brunel, equipos que se hacían con las etapas 1 y 2 respectivamente.
El barco capitaneado por Charles Caudrelier’s (FRA) y su tripulación se hallan a menos de 350 millas para llegar al puerto chino tras hacerse con una considerable ventaja sobre un Abu Dhabi Ocean Racing (Ian Walker - GBR) que veía reducido su ritmo de navegación tras la intensa noche vivida en aguas de Vietnam.
A las 12.40 GMT de este domingo, el Dongfeng tenían una ventaja de 34 nm sobre Abu Dhabi Ocean Racing; eso sí, con el Alvimedica (Charles Enright / EE.UU.), el MAPFRE (Xabi Fernández / ESP) -aún en cuarta posición- y el Team Brunel (Bouwe Bekking / NED) pisándoles los talones y a unas 50 millas náuticas.
Y pese a que el Team SCA (Sam Davies/GBR) sigue siendo el barco más descolgado de la flota, lo cierto es que el equipo de las chicas ha navegado con cabeza aprovechando vientos de hasta 12 nudos y reduciendo la ventaja con la flota. Su distancia actual, respecto al líder, es de 69.2nm.
A pocas horas de llegar al paradisíaco puerto de Sanya las tripulaciones evalúan las consecuencias de una noche llena de viradas, obstáculos y miles de luces procedentes de pesqueros vietnamitas. Los más veteranos, como Ian Walker, ya vaticinaban que la de ayer "sería la noche más dura de toda la regata".
Los equipos comienzan a notar el desgaste de una etapa en la que no han faltado las estrategias de equipo, el estudio de rutas alternativas y tampoco los fallos. "No hay una sola zona del cuerpo que no me duela”, comentaba el lituano Rokas Milevicius del Team Brunel.
Mientras tanto el espíritu de la Volvo Ocean Race se ha hecho fuerte en Sanya. En el día de ayer abrían oficialmente las puertas de la Race Village china con un centenar de visitantes haciendo cola para entrar. Todo apunta a que el recibimiento que tendrán los barcos estará al nivel de la pasada edición 2011-12, independientemente de quien llegue primero y de que sea de día o de noche.