UN DOS TRES, PATITO INGLÉS. Historias de Hugo Ramón
El mar depara sorpresas. Nunca hubiera pensado que jugaría a “un dos tres, patito inglés” durante esta vuelta al mundo. Como los trackers de posicionamiento a veces pierden la señal, desaparece Cessna Citation de nuestro monitor. Cuando ya estamos nerviosos preguntándonos si habrá hecho un cambio de estrategia… Magia, reaparece… ¡Rayos y centellas. Ha avanzado más de lo que teníamos previsto!
Hemos virado de bordo con el cambio de viento. Como ahora viene más o menos de esta puerta de límite de hielos que debemos pasar, nos acercamos más amurados a babor. (Amurados a estribor hubiésemos llegado a Alaska). Pero no es dicho y hecho. Tenemos que planificarlo para no cometer un error de maniobra, y estibar de nuevo todo el material en la banda opuesta. No es fácil desplazarse cargando tanto peso con el barco en movimiento: desequilibra!
Al mover todos los pesos, reorganizamos nuestro “nido”. A la hora de tumbarme noté que había cometido un grave error. Un error de principiante, que podría haberme dejado graves secuelas: ¡había invertido de lado el saco de dormir! (ex pies en cabeza…) Evidentemente me percaté por el olor; tuve que actuar rapidamente, ya estaba cayendo en un estado “anestesicomatoso”.
Me he vuelto a hacer el mismo regalo visual que en la primera etapa rumbo a Capetown. Gracias a las cartas electrónicas he sobrevolado cada rincón de Mallorca y he estudiado qué calas quiero descubrir en mis vacaciones de verano. Los mallorquines tenemos este don. Podemos estar viviendo maravillosas aventuras, recorrer cada pedazo de océano o cada porción de cielo, siempre, siempre miraremos de reojo nuestra tierra. Y hablando de islas, aunque estemos en medio del frío casi glaciar, tenemos otro paraiso a solo unas 1600 millas al Norte: la Polinesia Francesa.
Echo de menos la comida fresca y casera. Cuando embarrancamos en Wellington y la familia Spencer nos dejó su casa, me convertí en el ensaladero oficial. Que delicia ir al jardín, cortar unas hojas de lechuga y recoger tomates! Hoy nos hemos tenido que contentar con lo mas “sabroso” que tenemos a bordo, nuestra lata de comida preparada. Mojada e ilegible la etiqueta, no tenía mucha idea de lo que me iba a deparar. Después de engullir como un orangután todavía no había salido de dudas. Sé que había algo de carne y de zanahoria, pero tampoco apostaría mi vida…
La memoria de elefante no me acompaña tras días y días y más días de guardias mortales y de sueños rotos. No me acuerdo si ya había puesto “Big in Japan” de Alphaville en lo alto de la lista de “exitos oceánicos”. Si así ha sido, no hay problema, es un temazo y lo pondremos en la lista de “remembers”.
Buenas noches desde “Financial Crisis” en 45º38S, 151º39W - COG: 122º - SOG: 7.3. Si decidiésemos cambiar S por N y W por E, aterrizaríamos en Asahikawa, Japon.
Cosa que creo no haremos hoy, quizás mañana…