Pepe Ribes: “Será emocionante llegar a mi club en Calpe y encontrarme con mi familia y amigos”
A las 12:05 el Estrella Damm y sus rivales tomaron la salida de la cuarta etapa de la Vuelta a España a Vela en la ría de Pontevedra. La prueba llevará a la flota de Sanxenxo a Calpe. La localidad alicantina espera con los brazos abiertos al barco de casa, con sus patrones Pepe Ribes, de la vecina Benissa y socio del Real Club Náutico Calpe; y el barcelonés Alex Pella, también muy vinculado a la costa de la Comunitat Valenciana en su carrera deportiva.
El Estrella Damm espera lograr un buen resultado en la etapa más larga de la Vuelta a España (880 millas náuticas), para atacar a las posiciones de podio, dado lo apretado de la clasificación. La doble puntuación de la etapa y el bonus en el paso por Gibraltar ofrecen buenas oportunidades para cambios de posiciones.
Por eso, la tripulación del Estrella Damm pondrá toda la carne en el asador para hacer valer su buen rendimiento en popa aprovechando el alisio de Portugal en las primeras 30 horas de regata aproximadamente, y posicionarse bien en descenso de la costa lusa, antes de afrontar las difíciles calmas del Mediterráneo. El patrón barcelonés Alex Pella desgranaba las claves de la etapa: “Al principio irá bien con viento de popa hasta el Cabo de San Vicente (suroeste de Portugal) y después estará muy abierto, con muchas opciones. El paso por Gibraltar será como un embudo y más tarde las calmas harán probablemente un efecto acordeón, con la flota juntándose y separándose”. Para el patrón alicantino Pepe Ribes, negociar las calmas será crucial: “Quien sepa encontrar dos nudos más de viento que el resto podrá marcar una diferencia considerable”, remarcaba.
Ribes se mostraba feliz por dirigirse con el Estrella Damm a Calpe, localidad que le ha visto crecer como regatista: “Es la primera regata oceánica en que llego a Calpe. Para recordar la última regata que he hecho allí me tengo que remontar a más de diez años. Me dará mucha alegría llegar y ver a mi familia, mis amigos, mi club… seguro que es muy especial”.
Para vivir ese momento, Ribes tendrá que esperar de cuatro a cinco días, según las últimas previsiones, aunque como apuntaba él esta mañana, estas aún no son muy fiables debido al poco viento del Mediterráneo. “En día y medio sabremos con más certeza cuándo llegaremos”, comentaba.
Por fin, guardias
Dada la distancia a recorrer, esta etapa será muy diferente a las tres anteriores a bordo del Estrella Damm, y se establecerá por fin un ritmo de guardias de cuatro horas. “Habrá siempre dos tripulantes fuera y dos descansando. Olivier Douillard, el navegante, obviamente estará en standby, y no entra en el turno de guardias”, explicaba Pella. El sistema es alterno, es decir, que cada dos horas cambia uno de los dos tripulantes de guardia, de modo que hay más continuidad en la navegación. Sin embargo, en el Mediterráneo será más difícil respetar estos turnos, y harán falta más manos en cubierta: “Durante la empopada seguiremos más fácilmente el sistema de guardias y descansos, pero en el Mediterráneo habrá que hacer más maniobras y cambios de velas por el poco viento. Será más duro”, señalaba Pella.