La salida de la quinta etapa de la Vuelta al Mundo tendrá que esperar para el “Telefónica azul”
Cuando el barco español se preparaba para comenzar la etapa, cerca de la línea de salida, notó un golpe en el fondo en una zona que las cartas de navegación no indicaban la presencia de ningún bajo y en la que se suponía había 11 metros de profundidad.
A continuación uno de los miembros del equipo, Javier de la Plaza, que se encontraba en la neumática de apoyo se tiró al agua para intentar ver el bajo del barco pero no se podía ver claramente. Ante la incertidumbre del alcance del golpe, la tripulación decidió seguir la máxima que rige el equipo español: “la seguridad es lo primero” y minutos antes de la salida bajaba las velas para poner rumbo a puerto. “Teniendo por delante una regata tan larga no podíamos asumir el riesgo de irnos sin más tras habernos dado un golpe contra el fondo. Hemos venido aquí al puerto a sacar el barco del agua y mirar cuál es la situación”, afirmaba el patrón del “Telefónica azul” Íker Martínez.
Entrando en puerto la situación que se encontraba el “Telefónica azul” no era la más idónea para poder sacar el barco del agua, ya que con la marea baja no podía acceder a la zona próxima a la base, teniendo que utilizar una grúa alternativa en otro lado del puerto.
“Tenemos que estar completamente seguros de cuál es la situación, de lo contrario sería poner en riesgo el barco y la tripulación, y no estamos dispuestos a ello. La seguridad es lo primero y tenemos que estar seguros de que esto está todo perfecto antes de irnos a navegar por los mares más peligrosos del mundo. Así que seguimos trabajando a tope para tomar la salida cuanto antes”, concluyó Íker Martínez.