La Rolex Middle Sea Race ha vuelto a capturar el espíritu de la navegación oceánica.
Su edición 2012 puso a prueba la paciencia, determinación y habilidad de las tripulaciones para encontrar viento donde no lo había, y la recompensa fue para quienes mejor supieron dominar táctica, concentración y perseverancia.
Una flota formada por 83 equipos de 19 nacionalidades marcó un nuevo récord en la clásica del Mediterráneo, disputada desde 1968 y patrocinada por Rolex desde 2002. Por primera vez en sus 33 ediciones, la victoria correspondió a un barco africano, un triunfo que sirvió para reafirmar el espíritu amateur con el que la regata fue concebida hace más de cuatro décadas.
El Welbourne 46 sudafricano Hi Fidelity fue el brillante ganador de la Rolex Middle Sea Race 2012. El barco armado por Eddie De Villiers cruzaba la línea de meta en el Marsamxett Harbour de Malta después de cuatro días y poco más de seis horas de competición, en medio de una violenta tormenta con espectaculares relámpagos y rachas de viento de hasta 37 nudos. Un absoluto contraste con las condiciones que vivió la flota desde la salida de la capital maltesa el sábado 20 de octubre. Este mismo barco ya había conquistado la victoria en la Rolex China Sea Race 2010 de manos del conocido velero Neil Pryde.
“Siempre me han atraído las regatas con navegación complicada, y ésta es una de las dos que siempre he querido hacer, junto a la Rolex Sydney Hobart”, reconocía De Villiers desde el club organizador, el Royal Malta Yacht Club. “Decidimos traer el Hi Fidelity a Europa para poder participar en esta prueba, y he de decir que no nos ha decepcionado”.
El triunfo del Hi Fidelity supone todo un homenaje al espíritu de equipo. Buena parte de su tripulación lleva años navegando junta, y combina regatistas amateurs con profesionales del Team Shosholoza, equipo que representó a Sudáfrica en la 32ª America’s Cup, como los co-patrones Mark Sadler y Michael Joubert. “Cuando las cosas se ponen difíciles, quieres contar a bordo con los soldados adecuados”, destaca De Villiers.
El emocionado armador del Hi Fidelity reconoce que “ganar la Rolex Middle Sea Race es probablemente el hito más importante de toda mi trayectoria en competición. Ha sido una experiencia maravillosa, y algo que recordaré el resto de mi vida”.
La victoria del Hi Fidelity convierte a Sudáfrica en el noveno país que aporta un ganador a la Rolex Middle Sea Race.
Esimit Europa 2, primero en Malta
Una de las incógnitas de esta edición era descubrir si alguien lograría mejorar el récord establecido por el estadounidense Rambler de George David en 2007. Pero el español Juan Vila, navegante del Esimit Europa 2, ya avanzaba antes de salir de Malta que no era una opción muy realista. “Un récord en 2012 es poco probable. El parte indica que será una regata de poco viento”. Y acertó.
El Maxi esloveno intentaría igualar la marca del italiano Benbow, único barco con tres victorias en tiempo real consecutivas (1975-76-77). Al contrario que en sus dos victorias anteriores, el Esimit Europa 2 sufriría más de lo esperado para escaparse de sus rivales directos. Durante un penoso paso por el Estrecho de Messina, el potente 100 pies armado por Igor Simcic fue sorprendido por el Mini Maxi británico Rán 2 de Niklas Zennström. Tendría que esperar a rodear el volcán Estrómboli para dejar atrás a su rival gracias a una opción táctica apuntada por el mallorquín Jordi Calafat, uno de los cinco tripulantes españoles a bordo del barco esloveno. El Esimit Europa 2 cruzaba la línea de meta en la madrugada de la cuarta jornada de competición, con siete horas de ventaja sobre el Rán 2.
“Hemos dado el cien por cien, hemos hecho bien las maniobras, el trabajo del equipo ha sido bueno y hemos cumplido nuestro objetivo primordial, que era llegar primeros; ganar la general, con este barco y en estas condiciones, es muy difícil”, reconoce el santanderino Antonio “Ñeti” Cuervas-Mons, proa del Esimit Europa 2. Su tiempo final fue de 3 días, 13 horas, 33 minutos y 15 segundos.
Premio a la perseverancia
Pese a sufrir la ausencia total de viento, cerca de 70 barcos consiguieron completar el recorrido como muestra de la determinación de sus tripulaciones.
Philippe Falle, patrón de Trustmarque Quokka, resumía el sentimiento de la flota: “Nunca se nos pasó por la cabeza la retirada. Fue una regata intrigante, un poco desesperante por las condiciones, pero el rendimiento de la tripulación y el encanto del recorrido fue lo que nos hizo seguir. Ésta ha sido mi favorita de las cuatro ediciones que he disputado, a pesar de que haya sido tan lenta”.
Uno de los mayores desafíos consistió en encontrar el equilibrio en la cantidad de provisiones a bordo, como indicaba antes de empezar el director de equipo del Rán 2, Tim Powell: “No esperamos ver vientos por encima de los 10-12 nudos, así que intentaremos navegar lo más ligero posible. Revisaremos todos los apartados, como velas, repuestos, comida y todo lo que podamos para reducir kilos”. Tanto la tripulación británica como la del Esimit Europa 2 tuvieron que racionar comida en las últimas horas de regata.
Otra característica de esta edición fue el efecto acordeón de una flota que no dejó de comprimirse y separarse a lo largo de todo el recorrido. Varios duelos se iniciaron en el mismo momento en que sonaban los cañones en el Saluting Battery de La Valeta se mantuvieron hasta el paso por el Canal de Comino, llegando a Malta. Buen ejemplo de ello fue el protagonizado por los malteses Oiltanking Juno y Elusive, que después de casi cinco jornadas de competición cruzaron la línea de meta separados por sólo 16 segundos.
Pero tal vez la historia más inspiradora fue la protagonizada por Barry Hurley y Andrew Boyle, tripulantes del 35 pies irlandés en navegación a dos Dinah, que completaban el recorrido a sólo 25 minutos de que finalizara el tiempo límite. Compitieron durante seis días y 20 horas, y como recompensa lograron la victoria en su clase y el reconocimiento de todos los asistentes a la entrega de premios final celebrada en el Mediterranean Conference Centre de Valeta.
El espíritu de lucha de la pareja irlandesa refleja la filosofía del evento. “Esta es siempre una regata difícil”, explica Michael Joubert, co-patrón del Hi Fidelity. “Cada tramo nos trajo un desafío diferente. Apenas pudimos dormir. A bordo contamos con un magnífico equipo humano, y logramos disfrutar al tiempo que manteníamos la concentración. El objetivo siempre fue pasarlo bien y conseguir terminar”. Un sentimiento compartido por toda la flota.
Octava posición para el Plis Play
El Swan 80 Plis Play de Vicente García, único barco español participante, fue el noveno barco en completar el recorrido, cruzando la línea de meta después de 4 días, 13 horas, 44 minutos y 53 segundos de regata. Aplicada la compensación de tiempos, el barco de la Escuela Mediterránea de Vela firmaba la octava posición final y la quinta en IRC 2.
“Estamos muy satisfechos porque el barco ha funcionado muy bien y la tripulación ha trabajado hasta el último momento, no ha bajado la moral”, comenta su navegante, Jan Santana. “En el primer tramo, con viento entablado, el barco desarrolló un potencial de velocidad buenísimo; estuvimos delante en compensado hasta que nos encalmamos. A partir de Messina se complicó mucho, porque había un anticiclón muy grande y pequeñas bajas térmicas que dificultaron mucho el recorrido”.
Óscar Iranzo, capitán del Plis Play, explica cómo el equipo aligeró el barco para hacer frente a las condiciones de poco viento. “Redujimos entre 1.600 y 2.000 kilos el peso a bordo. Llevábamos el combustible medido para las horas de generador que calculamos, los tanques de agua vacíos, prescindimos de elementos interiores de confort, comida, recambios,…”. Por lo demás, un barco del que Jan Santana destaca que “compitió casi exactamente como va de crucero. Comimos casi siempre en la mesa y nos duchamos todos los días”.
La 34ª edición de la Rolex Middle Sea Race partirá de Valeta el 19 de octubre de 2013.